Con la mano derecha. Es la mano, con la que escribo ..... ovidar.
Nadie olvida un suceso, una palabra, una actitud.
Cuando dos o mas, no coinciden y se achacan o arrogan toda la razón o la sin razón, y no hay medio de llegar a distribuirlas, ¿entonces, que salida hay?.
Nadie olvida un suceso, una palabra, una actitud.
Nadie
olvida una ofensa, una tergiversación, una supuesta mala mirada.
Nadie
olvida una mentira, un engaño, una infidelidad.
Nadie
olvida un amor de juventud o de cualquier otra edad.
Si acaso,
ese supuesto olvido se aparca, vuelve a surgir en otro momento de nuestra
vida. En otro momento cercano o lejano. Para herir o para reír. Pero no hay
olvido.
La
selección y puesta al día de los
olvidos, viene dada por las circunstancias del momento. Y claro, tan a cuento,
tan apropósito, que de ser buenos, entonces
felicidades, alegrías y bailes.
Cuando
es un olvido malo. Cuando es un olvido revenido, ese suele ser de mortificación
y de venganza.
Olvidar,
nunca se olvida.
Los
humanos tenemos muy desarrollada la capacidad de reconvertir los olvidos en realidades actuales.
Rescatada
del olvido una ofensa, cada cual a su conveniencia, cree que su razón es la
razón. Cuando una razón quiere convertirse en absoluta, sin dejar a la otra
razón un ápice de ella, entonces no hay razones para seguir.
Una
razón tiene que aceptar una parte de la de su oponente. Si no es así, no hay
salida. Una de las razones se convierte en esclava, ya que acepta toda la
carga.
Si la razón
que se quiere imponer viene de un olvido revenido, entonces ya, cada cual tiene
su interpretación. El tiempo y la distancia del hecho, tan difuminado para las partes, es otro
hecho muy diferente.
El
reparto de la razón o la sin razón de una ofensa, será o no será, si hay
voluntad de zanjar la vieja herida.Cuando dos o mas, no coinciden y se achacan o arrogan toda la razón o la sin razón, y no hay medio de llegar a distribuirlas, ¿entonces, que salida hay?.
Rescatado
del olvido un hecho feliz, una relación, un momento sublime, un éxtasis, un
simple olor a brisa marina. Que sea uno o junto a otros, no será motivo de
discrepancia. Seran de la opinión, si cabe, deformándolo, y agrandándolo en belleza, y todos coincidirán, en que fue espléndido.
La distribución
o tamaño del hecho extraordinario, no
será motivo de discusión o sin razón, pues todos aceptaran el más alto grado de
belleza.
En mi
vida, acepto no tener razón en un 50%. Y
acepto tener aun menos razón. Pero el cero
absoluto no lo acepto.
En
cambio en el olvido rescatado, feliz y satisfactorio, tengo la razón en el
100%.
Y ahora
tengo la razón en el 100%.
Ahora con la mano derecha. Con la mano, con la que acaricio ….. ahora escribo, que tengo que olvidar.
Ahora con la mano derecha. Con la mano, con la que acaricio ….. ahora escribo, que tengo que olvidar.
No hay comentarios:
Publicar un comentario