Alguna vez he nombrado a Nuria y Josep, mis amigos de Lleida. De hecho, en noviembre de 2012, empecé una serie de entradas en mi blog, todas ellas relacionadas con mi nueva situación personal y que llamé “Viaje a Itaca”. Y lo empecé en Lleida. Viaje que aun prosigue y que un día, por fin, como el poema, terminara.
Hoy Nuria me
comunica la muerte del “tiet Fernando”.
El mes de junio
pasado, en mi estancia en Lleida, acompañe a Nuria, que asiduamente y en la
medida que su trabajo y familia le permite, ayudaba a la “Tata” y al “tiet Tonet” en su sufrido esfuerzo
de dar una digna convalecencia al "tiet Fernando", que él en su tránsito,
desconoce.
Me sorprendió la
presencia, con un buen aspecto de quien creía decrepito y consumido. Aun desconociendo
y fuera de cualquier razonamiento, me sorprendió, aún más, que con los ojos
cerrados, su boca recibiera abriéndose y tragando, acompasadamente, el puré que
le servía de alimento.
Hoy, repasando el
tiempo pasado, encuentro la explicación. El "tiet Fernando" era un superviviente,
tenía el instinto de vivir bien arraigado. La receta, para él, para el tiet
Tonet y Jaume, el padre de Nuria, eran la montaña y la naturaleza.
Estoy seguro de eso. Las caminatas solos o con el Centro Excursionista de Lleida, les habían
hecho conocedores de cada recodo de camino, monte, valle, rio, mas o aldea.
Seguro que
en esas caminatas les hostigó el cansancio, el hambre, la sed …. Y supieron resistir. Sus piernas y sus pulmones, y su ansia de vivir en libertad, la ejercitaban cada semana en la montaña. Quizá, y es muy atrevido por mi parte, por eso eran solteros.
en esas caminatas les hostigó el cansancio, el hambre, la sed …. Y supieron resistir. Sus piernas y sus pulmones, y su ansia de vivir en libertad, la ejercitaban cada semana en la montaña. Quizá, y es muy atrevido por mi parte, por eso eran solteros.
Jaume Jové |
Tiet Fernando … ¿Cómo
esta el cielo de bolets?.
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