«Gracias a la libertad de expresión hoy es posible decir que un gobernante es un inútil, sin que nos pase nada. Al gobernante tampoco».

Jaume Perich (1941-1995). Escritor y humorista

lunes, 9 de octubre de 2017

SENY

He guardado silencio hasta ahora, y lo seguiré guardando. No quiero opinar, pero sólo el publicar este artículo ya es una toma de posición.

Quiero expresar mi hartazgo.

Harto de los trapos rojos y gualdos, de las cuatribarrada, de las estrelladas y la blaveras.
Estoy harto de la independencia, del 1-0 (del que creía era el resultado de un partido), del "no pasarán", del "Soy español, español, español", del Parlamento, de Rajoy, de Puigdemón, de la Sardana y del pasodoble torero. De los Mossos dEsquadra, de la Plaza de Cataluña, de la Puerta del Sol, de Caixa Bank, del Banco Sabadell (especialmente por razones personales), de "el Rat Penat", del "Tio Pep y la estoreta", los descerebrados de una parte y la otra. Del Barca y del Real Madrid. De la Moncloa y de la Plaza Sant Jaume. De la Moreneta, de la Almudena, la del Pilar y la del Rosario. Del Cola-Cao, de la escalivada y los callos a la madrileña. De la Cibeles, el Neptuno y el dedo de Colon. Del puente aéreo y el AVE.

Harto de políticos despelucados, de políticos satisfechos de sus panzas gordas y de sus bravatas: De los encorbatados de la calle Génova y de los banqueros usureros, alimentados con el dinero de los futuros pensionistas. De los viejos socialistas y los nuevos tan ambiguos. De los que dicen que podemos y que no pueden mantenerse de acuerdo entre ellos. De los de color naranja que no se sabe si son carne o pescado. De Marina Salud y del tren de Denia a Gandia. De la variante de Benissa y de la AP-7.

De los que critican al jugador de fútbol, ​​al equipo, al entrenador, al presidente, al árbitro, y al vendedor de bufandas, sentados en el sofá de casa, bebiendo cerveza y a cada rato meandola, rápido, sin acabar del todo, y sin lavarse las manos meadas por la prisa y por lo encogida que tienen la cola debido al resultado y siguen, como si nada, metiendo mano a la bolsa de ganchitos.

Esto harto de nacionalismos, de patriotismos, y de los borricos que tapan sus defectos y su nula altura de miras. De que no se atienda por falta de recursos, de los que tiene la culpa otro que no está aquí.

De los que a base de eslóganes, hacen creer que hacen creer. De los de las ideas pueriles y los de las ideas que hacen aguas.

Harto de los que dividen y no unen.

Estoy harto de que nos quejemos de todo y no hacemos nada.

Estoy harto, tan harto, que no quiero comer más.


No hay comentarios: