«Gracias a la libertad de expresión hoy es posible decir que un gobernante es un inútil, sin que nos pase nada. Al gobernante tampoco».

Jaume Perich (1941-1995). Escritor y humorista

sábado, 21 de abril de 2018

La puerta del convento


FELICES FIESTAS DE LA PURISSIMA XIQUETA

Articulo publicado en el libro de fiestas de 2018

LA  PUERTA DEL CONVENTO.


Aunque la puerta está cerrada y no hay franciscanos las campanas siguen anunciando los cuartos de hora, las horas y el Ave María. Me despierto por su repicar tempranero. Más tarde, cuando salgo a la calle, veo la puerta cerrada y me vuelvo a repetir, para convencerme, que allí no hay nadie. 

Durante los últimos 60 años de su existencia, cada día he escuchado las campanas anunciando las celebraciones de la Santa Misa. Sonaban media hora antes, un cuarto de hora antes y en la hora en punto del comienzo de la ceremonia. En los últimos años, a raíz de la renovación de las campanas, siendo mi madre, madrina de una ellas, se incorporó la función del toque de los cuartos de hora, las horas y el Ave María.

- Va, Vicent, que se hace tarde, la misa comenzará y tú no tendrás puesto el roquete- dice mi madre.

Corriendo, llego a tiempo para ayudar al padre Antonio Porturas acomodarse la estola y la casulla, hoy bordada con hilo de oro y tela de color rojo, señal que es la celebración de algún mártir.

Para llegar a este punto, para ayudar en la Santa Misa, el padre Porturas me sometió al estudio de las contestaciones al celebrante. Cuando aprobé, y no antes, pude acceder al altar como monaguillo del Convento.

Al finalizar el último toque del campanario, cuando salimos de la sacristía, tiro de la cuerda y hago sonar la campanilla. Es el aviso a los feligreses que el celebrante saldrá y deben recibirlo de pie.

- "Que alegría cuando me dijeron: Vamos a la casa del Señor ...." - entonan, de repente, cien voces.

El altar, que ha sufrido una remodelación, produce un ligero titubeo del padre, se siente desconcertado, no se acostumbra a la nueva ubicación.

El Concilio Vaticano II (1962-1965), convocado por el papa Juan XXIII y clausurado por Pablo VI, aprobó la renovación de la Sagrada Liturgia, el objetivo principal era el aumento de la participación de los laicos en la misma. Como en todas las iglesias, la mesa del altar, pegada al retablo, se desplazó y se colocó en el centro del presbiterio, quedando el celebrante de cara al pueblo.

El altar existente no era aprovechable, por lo que se trasladó el de la capilla del seminario. Además, se quitaron las barandillas que separaba el presbiterio de la nave central, loa cual limitaba la visión de los oficios. Los cambios son importantes, ya que el celebrante ve a los fieles y los fieles ven cada una de las evoluciones del celebrante. La retirada del antiguo altar produce en el retablo un impacto visual negativo. Desaparece el sagrario y la hornacina donde se exponía la custodia con la hostia consagrada, y sobre todo la cortinilla, que caía de forma "milagrosa", esta era mi sensación, y servía para que el celebrante retirara la custodia sin ser visto. La retirada del sagrario del altar mayor convirtió la capilla de San Francisco, además de capilla de la Confesión, también, en capilla de la Comunión.

Mire hacia el coro. Los seminaristas se habían ubicado disciplinadamente unos momentos antes de nuestra salida. Habían llegado desde el seminario de la calle Escoto en dos filas y en silencio. Iban revestidos con el hábito franciscano, y con el cordón de tres nudos. Un rato antes habían desayunado en el comedor,  el tiempo de silencio fue amenizado por uno de ellos, leyendo vidas de santos o párrafos relacionados con la festividad del día, subido a un púlpito pequeño desde el que su voz llega a todo auditorio.

El seminario estaba a rebosar de chicos con la vocación de seguir a Francisco de Asís. Estos tenían su misa diaria en la capilla del seminario, tan sólo los domingos, hasta que el seminario se cerró,  la misa de doce era la misa "dels col • legialets", por tanto, solemne por antonomasia. En su desplazamiento, cada uno de ellos llevaba una bolsa de tela un poco voluminosa. Antes de entrar en el coro tenían que dejar en una habitación de la portería, habilitada con perchas numeradas, su bolsa de ropa sucia. Las "llavaneres" las recogían y dejaban la de la semana anterior. Alguna dejaba un trozo de "Coca María" entre la ropa o una bolsita con pasas o almendras tostadas. A los col • legialets nadie les ha visto atravesar por la calle Escoto hacia el Convento, durante algún tiempo fue una pregunta sin respuesta.

Como algo exótico, durante algún tiempo se contó con la presencia de un joven de color procedente de Guinea Ecuatorial; por aquellas fechas, provincia española de ultramar, y hoy, vergonzosa y abyecta dictadura de un ladrón que tiene su pueblo en la miseria más absoluta.

El seminario del edificio conventual (llamado San Benito) había quedado pequeño para acoger las nuevas vocaciones. Se construyó el edificio con la forma de Tau franciscana; hoy en día, sede del CREAMA, Escuela de Música, Conservatorio .... y se habilitó un túnel subterráneo que cruzaba la calle y unía los dos edificios, haciendo más rápida, segura y menos molesta la comunicación, ya que, además del coro, el comedor se encontraba en el edificio conventual.

Mientras tanto, el padre Baselga, bajo la mirada del Cristo del coro, que con su cabeza reclinada parece que le aconseja, bracea, indicando al conjunto cuando hay que dar énfasis en el canto o bajar el tono, acompañados por la música del órgano. Los cantos provoca en aquellos que escuchamos, sorpresa y admiración, y los feligreses disimuladamente giran la cabeza. 

Entonado el cántico de entrada, el padre Porturas se ha rehecho y se ha colocado en el centro del altar, de cara al pueblo y yo, a su derecha, junto a la credencia: 

- "En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén. El Señor esté con vosotros ..." y prosigue la Santa Misa. Observe que todos los asistentes contestan al celebrante, en una especie de diálogo místico. 

Esto también es una novedad del Concilio, el latín, que hasta entonces era el idioma oficial de la Iglesia Católica, abre un nuevo tiempo, en consentir que las celebraciones se realizan en el idioma oficial de cada lugar. otra novedad es la desaparición del velo en la cabeza, en las mujeres y la separación de hombres y mujeres a la hora de sentarse. y otra, es la participación de los fieles en las lecturas. Uno de los momentos de máximo esplendor de asistencia en los tiempos modernos se produjo cuando, al principio del tiempo democrático, se instauró una misa de 11.00, en la que el idioma era el valenciano. Fueron misas multitudinarias. Pueblo creyente y practicante. Pero la fiebre pasó, los practicantes disminuyeron, y los creyentes, no sé.

La colecta, que forma parte del ofertorio, junto a la preparación de la mesa con el pan y el vino, y el lavatorio las manos fue sustituida durante algún tiempo, por dos urnas ubicadas en la entrada de la iglesia donde los fieles depositaban su ofrenda voluntariamente y eliminaba pasar la cesta o bandeja entre los assistentes.

- "Lectura de san Evangelio, según san ....... ". Comienza el celebrante al anunciar el Evangelio. Yo no he prestado atención al Evangelio. A la finalización del mismo, salgo del estado de somnolencia gracias al coro.

Mientras el padre leía el Evangelio, recordaba el día del traslado de Fray Humilde Soria Pons desde la Iglesia Parroquial al Convento. Durante años, el padre Jesús Sanjuan recogió pruebas y testimonios, sobre milagros y favores que pudieran ayudar en el proceso de proclamar santo a Fray Humilde Soria Pons. En el libro, Viudo Por qué no ?, Rafael Aventosa Garcia, narraba la vida, favores y milagros de Fray Humilde, entre los testigos se cita a mi madre que da testimonio de lo que sus mayores contaban del santo. Fray Humilde estaba en un nicho del viejo cementerio. El 13 de mayo de 1971 fue trasladado a su actual ubicación y se preparó una gran ceremonia. Se expusieron sus restos en la Iglesia Parroquial, se adornó toda Benissa como si se tratara de la fiesta de la Puríssima Xiqueta, y en procesión fue trasladado al Convento. Allí, en la primera capilla de la derecha descansa, el siervo de Dios, Fray Humilde Soria Pons.

El sermón posterior al Evangelio solía ser largo. Por ello, las mentes inquietas iban detrás de las historias contadas o, interpretando los frescos de la pared de la iglesia del Convent.

- "Recibe, Señor, estos dones y purifica a quienes participamos en esta liturgia ....". Ora el padre, sobre las ofrendas presentadas.

La asistencia a la misa es escasa. Son personas mayores, casi todos; en todo caso con más de 50 años. En los momentos de esplendor del convento, convivían hasta ocho o diez franciscanos. Eran los tiempos en que el seminario estaba en pleno apogeo, los años de 1960 a 1970 .

- "Este es el sacramento de Nuestra fe ... ..." Durante la Consagración, gracias a la nueva disposición del altar, todos hemos tenido acceso a la representación cumbre de la misa, la conversión del pan y el vino en el cuerpo y la sangre de Cristo. 

Cojo la bandeja, y me dispongo a acompañar hasta el pie del presbiterio al padre Porturas, para dar la comunión a los asistentes. El coro estalla con Pescador de Hombres, la preferida de Juan Pablo II, apenas los fieles han respondido a las palabras del oficiante: 

- "El Cuerpo de Cristo." - "Amén". 

- "Tú has venidero en la orilla , no has buscado ni a sabios ni a ricos ...... Señor me has mirado a los ojos, has dicho mi nombre .... "

Los fieles se ponen en fila con dirección hacia el presbiterio, el celebrante ha bajado y se ha colocado a su misma altura, todos se acercan respetuosos, algunos recogen con su mano la Sagrada Forma y toman la comunión, es otra novedad.

Con el tiempo algunos sacramentos han perdido cumplidores, el de la confesión es uno de ellos. En la capilla de la Comunión se encuentran los confesionarios, tan frecuentados antes y hoy vacíos. hay pocos confesores y pecadores también.En el altar se encuentra la imagen de San Francisco de Asís en el cual los seguidores constituidos en Tercera Orden Franciscana TOF (terciarios) con sus escapularios cantan con fervor: 

- "Las huellas del caudillo enamorado, sigamos con fervor, vamos tras el, su a voz a resonado, tremolemos la insignia del amor, su sendero es de luz, fieles terciarios a Francisco seguid ... "

Hoy quedan escasos terciarios, el grueso está con Francisco de Assís. 

Una vez ha terminado la misa procede el padre a llevar el copón en la capilla, que como he dicho antes, está el sagrario retirado por la reforma del altar mayor. Acompañado por el coro con el texto de Santo Tomás de Aquino: 

-“Tantum ergo Sacramentum, Veneré-mur cérnu-i, et antiquum documéntum, nóvo cédat ri-tu-i …..”

Como marcho lejos y no se cuando volveré a visitarla, antes de volver a casa, me dirijo a la capilla donde se encuentra la Virgen de los Dolores, allí está con su lágrima en la mejilla y su eterno pañuelo en la mano. Le pido por mi padre que fue el encargado por muchos años de la iluminación de las andas que los actuales cofradías, como hicieron nuestros padres (Benavent, Marto, Marro, Farol, Roc, Solbes y el amigo Salvador (RIP) ), con gran emoción, el Viernes Santo se arrodillan en la calle San José, ante Jesús Nazareno, su fill.

Vicent Ibañez i Mas
Enero de 2018
Santiago de Cali (Colombia) 

-------------------------------------------------------------------------------------------------------------------- Fotografía-mosaico de frailes admirados, amigos y maestros míos: (Derecha - izquierda) Pare Antoni. Padre Arbona. Padre Ribes. Padre Juan. Padre Jaime Pellicer, Padre Escriche. Padre Herrero, Fray Humilde Soria. Padre Giner. Padre Samuel. Padre Oton. Padre Pellicer. Padre Manresa. Padre Rubén. Padre Ferrer. Padre Rios. Padre Canet. Padre Porturas. Padre Llorca. Padre Llombart. Sense foto: Padre Angel. Padre Jordi. Fray Ismael. 

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