«Gracias a la libertad de expresión hoy es posible decir que un gobernante es un inútil, sin que nos pase nada. Al gobernante tampoco».

Jaume Perich (1941-1995). Escritor y humorista

lunes, 21 de febrero de 2011

CLASE DE LATIN

Hace unos días un compañero de estudios me recordaba los años en que realizábamos los estudios de bachiller en el antiguo seminario franciscano de la calle Escoto. El edificio ahora es propiedad del Ayuntamiento y, aunque se pretendió en su día, mediante una Escuela Taller, rehabilitarlo, han pasado unos años y unos políticos, y a día de hoy no han finalizado el proyecto para el que se adquirió dicho edificio. 


Yo, vecino de los franciscanos, y además, exseminarista, conocía el convento y los anexos al mismo, así como, a los distintos padres y hermanos legos que fueron pasando, hasta el año 1977, en que mi vida ya derivo hacia otro rumbo, el rumbo propio de un aprendiz de adulto.

Durante años vivió en el convento un padre franciscano, cuya figura se distinguía desde lejos, era pequeño, un poco cargado de espaldas, con gafas quevedescas y con un caminar lento y que producía un sonido de arrastrado de pies.  Desde luego, siempre vestía el habito franciscano, nunca lo vi con otro ropaje. Su carácter era humilde y retraído, y se relacionaba poco, aunque a su paso su semblante era alegre y próximo. Los saludos eran recíprocos y los más pequeños se cercaban a besar su mano. Esto último, ya ni me acuerdo cuando termino, seria él, al último que le se las besamos. De hecho, solo recuerdo a tres, el pare Antoni, el Padre Arbona y el lego, fray Humilde (el de las fuentes del Corpus).

P. Arbona y vecinas de la P. de Pinos
Recuerdo que fui, en alguna ocasión su acolito en alguna misa que decía en la partida de Pinos o Lleus. Incluso oficio una primera comunión, en la partida de Lleus, para un hijo de la familia Mengual, en la que fui acolito. Recuerdo muy bien que nos traslado en taxi, “Romero” el taxista, y también el banquete posterior.

Desde ni casa se le veía en la terraza del convento que tiene la fachada a la Placeta del Convent. Allí, había una caseta de meteorología. Estaba largo rato trasteando, tomando medidas i datos. Si el tiempo no era claro, hacia frío o llovía, allí estaba más rato aún.

Cuando el agua potable llego a Benissa, en 1968, en la placeta del Convent instalaron una boca de riego en la base de la cruz que  preside el recinto. A los pinos que hay por el centro de la placeta, se les hizo una circunferencia de panales, donde plantó todo tipo de plantas. Él con sus manos cavaba,  abonaba la tierra, plantaba las plantas y regaba dos veces por semana. Pero no era ese el único jardin del que se ocupaba, tenia en el patio del claustro una gran cantidad de macetas, con plantas y esquejes, que después trasplantaba en los círculos habilitados de los pinos, siendo admirado por la variedad y frescura de las plantas, y su gran sensibilidad y amor a la naturaleza.

Cuando estaba en segundo de bachiller, la asignatura que le correspondía hacernos llegar a nuestras entendederas era el Latín, aunque nosotros andábamos metidos ya en otras cosas que nos distraían malamente.  Aunque era una persona paciente y educada, alguna vez le vi perder los nervios, éramos un purgatorio en vida para todo el claustro de profesores.

 El padre Eusebio Arbona Guitart (Pego, 1896 - Benissa, 1982). Maestro y meteorólogo. Citado en alguna ocasion en RTVE, por el meteoerologo, alumno suyo, Eugenio Martin Rubio. Fue el creador del jardín botánico y del observatorio meteorológico del Colegio San Antonio de Carcaixent, y también del de Benissa, y se encargaba de transmitir los datos de la estación meteorológica del Convento al Servicio Meteorologico de Valencia. Falleció en Benisa, a los 85 años de edad, 69 de profesión religiosa y 61 de sacerdocio, el 28 de febrero de 1982.

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