«Gracias a la libertad de expresión hoy es posible decir que un gobernante es un inútil, sin que nos pase nada. Al gobernante tampoco».

Jaume Perich (1941-1995). Escritor y humorista

miércoles, 20 de noviembre de 2013

Donde yo vivo. ( I )


Café - Platanos
Las montañas son de un verde tierno, el aguacero casi diario mantiene un frescor que produce el efecto de brotes permanentes. Los cauces de los ríos son surcos profundísimos por donde discurren aguas bravas. Estamos a 1500 m.s.n.m. La temperatura habitual es de 17º a 23ºC.

El carretillero
La ciudad tiene 70.000 habitantes. No lo parece, las casas, son por lo general de una planta y con tejado de planchas de Uralita. Las calles rectas, con aceras llenas de irregularidades y trampas para torpes como yo. Repletas de gente transitando, observando los escaparates y esquivando los reclamos de los comerciantes. La calzada sin coches aparcados, los pocos que hay y no están circulando se encuentran en los “parqueaderos” (parkings de pago), es una buena idea velar por la seguridad de esa inversión. La circulación es rápida y los principales ocupantes y usuarios de las vías son: los carretilleros, los taxi, las busetas (mini-buses) y las motos.

El peatón debe estar, a la vez, atento a los obstáculos de la acera, ver los productos ofrecidos en cada local, esquivar a los transeúntes que circulan en sentido contrario y vigilar sus pertenecías. Esto último me choca, pero es un consejo de los que aquí viven.


-        Eres un giri.


Los pasos de cebra están para no respetarlos, los conductores son así, un peligro para el confiado peatón.  Es su código de la circulación propio. La línea continua o doble continua, esta para adelantar. El stop  es pare. Y paran todos, menos las motos, esas no, esas se meten por doquier, siempre en un tris de provocar cualquier accidente. 


Las gentes, son por lo general, simpáticas y atentas. El “con mucho gusto” a modo de “¿que desea Ud.?. El “señor” y el “usted”, el “para servirle” o el “a sus órdenes”.


Delante de una humilde casa, alguien te ofrece una arepa y  un chorizo a la brasa por 1000 pesos. 40 céntimos de euro y besas el cielo.  O unas arepas de chócolo. 


El artista
En cada esquina un carrito de dulces, kiosco con ruedas, o un artista del corte del mango y el coco presentado en su carrito de dos ruedas y de humilde facha.


Mangos y cocos
La música, los vallenatos, a cada paso. Y un sinfín de lugares donde a 100 pesos el minuto puedes hablar por teléfono. Nadie tiene saldo, el teléfono sirve para avisar que te quieren hablar. En el local de un poco más arriba, por 1000 pesos hablas 10 minutos, por 40 céntimos de euro.


Da la impresión que la gente vive el momento. Que con la música, el paseo por la zona comercial, tomar un tinto (café), una empanada, un buñuelo, un aguardiente, una Pony-Malta. Las pequeñas mesas de los estancos (barecitos) llenas de botellas de cerveza Poker, el bebedor va consumiendo, el camarero sirviendo, pero para nada retira “el cuerpo del delito (consumo)”, no sea que a la hora de cobrar el pagador este nublado y pierda la cuenta. A las mujeres sexis, los hombres mirones les van “parando bolas”, es como un día festivo. Todo en un ambiente bullicioso. 


Casa tipica
Sabiendo la historia de la ciudad del cacique, uno piensa que ese ambiente trata de olvidar que en cualquier momento la tierra puede parecer el mar. El recuerdo reciente de una ciudad devastada por unas sacudidas, por un oleaje de la tierra, donde las casas que estaban en las crestas de las olas quedaron destruidas, y las que quedaron en el fondo de la ola, aun hoy resisten.


El cambio permanente e imperceptible de la geografía terráquea, tiene en la cordillera andina, rica y majestuosa, un gran ejemplo de actividad, plegándose por el movimiento de subducción de la placa de Nazca debajo de la Placa Sudamericana. 


Es, para un señorito español, un baño de humildad. De conformarse. La alegría y la fiesta, trata de alejar la pena, el dolor, la pobreza, la explotación, la corrupción.


Y las  gentes viviendo, y bajo nuestros pies los Andes septentrionales, como ser vivo, durmiendo.


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