«Gracias a la libertad de expresión hoy es posible decir que un gobernante es un inútil, sin que nos pase nada. Al gobernante tampoco».

Jaume Perich (1941-1995). Escritor y humorista

viernes, 20 de diciembre de 2013

Donde yo vivo (III). El Paradero La Fustera.


No llueve.

Amanecer en la playa de La Fustera (Benissa)
Anoche por fin, después de tres días de virus, “la pasa”, el cuerpo se ha comportado normal. En todos lados cuecen habas. No?.

Era mi intención escribir una felicitación a mis lectores como pie al video de la cabecera. 

Durante estos días de baja forma y de pensamientos concentrados hacia la Navidad, tiempo poco deseado por mí, me llega la noticia de la muerte de Paco “Ismael”, Francisco Botella Pineda.

Estoy maquinando un texto original, y no puedo seguir.

He parado un momento de escribir. Pienso.  Para acompañar mi traducción de pensamiento a  un escrito, me pongo los cascos y conecto con You Tube (vaya invento) y pico a Mozart (mi preferido) y busco el Réquiem (me encanta).

La misa de Réquiem es el acto litúrgico católico celebrado tras el fallecimiento de una persona; se trata de la decimonovena y última misa escrita por Mozart. Mozart murió antes de terminarla, en 1791.

Dejo el enlace corto del Requiem (9:10 min), por si mi lector quiere sentir a Mozart despedirse de una persona fallecida mientras me lee.  

Yo escucharé el Requiem completo (56:34), interpretado por la Philarmónica de Viena dirigida por Herbert Von Karajan.

Desde la terraza
No. No, lo siento, no me sale una felicitación Navideña, me salen recuerdos de personas que sin ser íntimos amigos, en tiempos pasados formaron parte de mi vida, y  por su comportamiento los considero amigos.

Cuando me dicen, - ... por cierto, una mala noticia que te afectará-, y pronuncian el nombre de Paco y el de su padre, tal como era conocido Paco de “Ismael”, en unos segundos pasan por mi mente más de 15 años de mi época laboral, época en que mi cometido en el Servicio Municipal de Aguas consistía en la toma de lecturas de los contadores de agua.

En la temporada de lectura de contadores en la partida de Fanadix  (ahora la llaman Benissa Costa, vaya parto tuvo el inventor y vaya valentía de concejales de Turismo. por no mantener el popular, supongo que aconsejados con aquello de “poco comercial y pegadizo”. Hurra !!! por la originalidad del nombre), y  

-        - Vicent !!!. O te centras, o no vas a terminar una entrada, terminaras un libro.
-        - Tienes razón diablillo bueno.

El Paradero La Fustera en los ´60
En la temporada de lectura de contadores en la partida de Fanadix,  la parada del tradicional almuerzo español era en casa Ismael. Allí tenian el único teléfono fijo, durante mucho tiempo, de la zona. Allí, al llegar, había un aviso de la oficina, o durante el almuerzo, o más tarde, a última hora. Para nosotros, para mí, recién llegado al Servicio de Aguas en febrero de 1976 (Vicente Frau ya lo era del Servicio desde su fundación en 1969), empezó una relación familiar.

Ismael Botella Orihuel, patriarca, fundador del Paradero de La Fustera, nos esperaba. A las 10.00 en la mesa. Nosotros cada uno su bocadillo. Ismael sacaba vino y La Casera  para todos. Un trozo de pan casero duro y el “plato de las animas” para él. Un trozo de queso, o salchichón,  o un capellán, o anchoas, o un taco de jamón de las sobras del corte de la pequeña tienda.

La tienda la atendía Teresa y su hija Elena. 

Durante un tiempo tuvieron habitaciones.

Nada de grandes manjares, ¿o si lo eran?. ¿Donde está el manjar?. ¿En el placer del gusto?. ¿Solo?. ¿Y la buena compañía?.

Paquita y Paco venían de Benissa con la carga de pertrechos para la confección de los platos, que en él, en ese momento vacío restaurante, se servían en un repleto comedor a medio día. No en vano, durante años fue el único restaurante entre Calpe y Moraira, y después con el boom turístico, uno de los mejores y más reputados.

Pier (Pedro), llegaba con otros pertrechos, cartas, periódicos, los bancos, las facturas  ….  Y despues, junto con Elena, servian los platos en el comedor. Sus paellas. Sus canelones.
La Luna de La Fustera
Los hijos de ambas familias, Daniel e Ismael correteaban, al abuelo se le caía la baba literalmente.

Paco se me antojó siempre un hombre callado, paciente, es posible que hasta vergonzoso. Pero cuando se te dirigía esbozaba una sonrisa, siempre.

Para mí era el invisible de la familia, en la cocina, ¿con quien iba a pelear?, con los calderos y con Paquita que estaba con él, era su mujer. Seguro que al salir, en la mesa familiar, una vez despachados los comensales, los mayores comerían sencillamente, comentando las incidencias, acontecidos, o mejoras observados durante el  día.

Siempre encontré un parecido personal y de trato entre Paco y su madre Teresa.

Teresa, sencilla, de habla dulce y amable, dispuesta y atenta.

Con el tiempo el  Paradero La Fustera cerró. El Paradero se vendió y el nuevo propietario lo derribó para hace un hotel. Hoy es un solar. ¿La crisis?. ¿La especulación?. 

A Paco me lo encontraba casi todos los días frente al Ayuntamiento. Siempre un comentario, una sonrisa.

De Paco “Ismael” podrán hablar, por ejemplo, sus compañeros socios de la Sociedad Colombófila “El Palomar”, de la que seguro era un activo.

Lugar de encuentro
La noticia de la muerte de Paco, suma recuerdos a mi devenir, a mi acervo personal, recuerdos de personas que con su callado trabajo, dieron a conocer el mombre de Benissa, La Fustera, y Fanadix en el mundo.

Un recuerdo muy especial para toda la familia, para Paquita, y sus hijos Ismael, Paquita y Mª Teresa, para Elena y María, sus hermanas y para Pedro, Daniel y Natalia.

Y esté yo donde este, le recordaré encontrándonos frente el Ayuntamiento, sonrisa y comentario alegre.

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