«Gracias a la libertad de expresión hoy es posible decir que un gobernante es un inútil, sin que nos pase nada. Al gobernante tampoco».

Jaume Perich (1941-1995). Escritor y humorista

jueves, 16 de enero de 2014

Cumplir años.

Mortadelo y Filemon
Puede ser, que el primer contacto con el agua, el que nos marca, sea aquel que nos acompaña durante nuevo meses en el vientre de nuestra madre. La primera señal que queremos estar vivos, que queremos conocer este mundo desenfrenado, sin saber que nunca estaremos mejor que allí donde estamos, es cuando nuestra madre rompe aguas. Yo no recuerdo ese hecho del día 23 de enero de 1958, pero esta claro que sería una alegría para mis padres, Jaime “Marro” y Fina “Xest” y también de preocupación por la responsabilidad que se adquiere cuando se tiene un hijo.
Sharon Stone

Creo que, teniendo como quintos a Mortadelo y Filemón que nacieron tres días antes de que yo, el día 20 de enero, a Michael Jackson, a Sharon Stone y a Michelle Pfeiffer, no fue tan mal año, aquel año de 1958.

35 años trabajando en Servicio d´Aguas Potables, ha hecho de mí, entre otras, una persona recurrente con todo aquello relacionado con ese bien basico. Por eso entiendo, que mi vida, desde siempre, ha estado ligada al agua.

El agua me encanta degustarla fresca y de un chorro grande, jugar con ella, verla correr por las calles cuando llueve, verla botar de un desnivel formando cascadas. Sentir el rumor de un riachuelo o un río de montaña. El olor de la tierra cuando se moja al llover. Los matices de color que tiene la mar y que muchas veces veo desde el mirador de Pedramala.

Carro - Museu del Traginer - Igualada
La falta de ríos en Benissa, provocaban en mí, y lo recuerdo ahora, al evocar mi infancia, que imaginaba que los ríos serían como los que veía por el ventanal de mi casa, cuando por la Costereta del Convent, antes de asfaltarla, se hacían dos riachuelos si llovía un poco y dos ríos cuando la lluvia era de las que ahora denominamos de gota fría. Los riachuelos coincidían con las rodadas que hacían las ruedas de los carros, y que cómo todos saben antes tenían muchos labriegos. Hoy se vuelven a ver, porque se ha puesto de moda tener un caballo. Pero nunca más tendre esa visión puesto que la Costereta del Convent esta asfaltada desde 1963, cuando yo tenía cinco años.

También, detrás del convento, en el camino viejo de Xaló, corría el agua muchos días después de haber llovido. Eran "les fontanelles", y seguramente eran los sobrantes de lo que más adelante me explicaría fray Humilde, sobre unos ríos subterráneos.

Deposito Salvador Ivars - Collao 1967
Con el agua jugaba un buen rato, cuando a falta de bañera y otras comodidades, mi madre ponía en el patio una o dos jofainas grandes al sol para que se calentarsn, era un gozo pera mí, y ella aprovechaba ese buen humor mío pera darme de jabón al cuerpo.

Yo tenía pocos años, cuando nos trasladamos a vivir en la casa de arriba. La casa era de la tía de mi madre, Pascuala Mas. La tía Pascuala, a quién tenía que considerar mi yaya materna, la recuerdo  en la cama porque era mayor y había quedado ciega. Yo iba a buscarla para protegerme entre sus brazos, y esconderme entre las sabanas del enojo de mi madre, después de haber hecho algún entuerto.

La casa de la tía Pascuala estaba mas arreglada que la casa de abajo, las habitaciones estaban lucidas, pintadas y el suelo, con azulejos que formaban dibujos muy coloristas. Pero no tenía una instalación higiénica y en condiciones, en fin, que aquello relacionado con la limpieza y la evacuación de las necesitas fisiológicas, esas no tenían un lugar de honor a la casa.

D. Julio y Jose Ivars "Molla"
Antes de pasar a vivir en la casa, mis padres, que creo eran unos avanzados de su tiempo, hicieron reformas y sobre todo se centraron en el asunto agua – limpieza. No recuerdo las obras de la construcción del cuarto de aseo, pero si las obras que se hicieron pera ampliar la cisterna que tenemos dentro en la cocina. Pepe Molla (Jose Ivars Molla - Mollar decían algunos), instaló una bomba con la que desde la cisterna podíamos llenar un depósito que se instaló en la terraza del “cuarto del terrat”. El llenado del depósito tenía su cosa, puesto que teníamos que estar atentos, y evitar que rebosara. No había sistema automático que parara el motor, no, el aviso era ... "agua va!", cuando esta empezaba a chorrear desde la azotea al patio.

Jaime Martí Garcia "el senitjero", en aquellos tiempos repartía el pan por las calles de Benissa, este, vio las obras de la reforma de la cisterna, y cada vez que nos encontrábamos, todavía pasados cincuenta años, me decía:

-  “Chiquillo, ¿todavía tenéis aquella cisterna tan grande?”, - Si había concurrencia, hacía toda la explicación del asunto, con aquellos grandes aspavientos que eran típicos de Jaume.

Por lo tanto, en la casa, teníamos agua corriente en el lavadero, la cocina y al lavabo, era lo más parecido a tener un servicio de agua potable, cosa que transcurridos algunos años se hizo realidad.

Esto sería el año 1968, cuánto la contruccion de depósitos y cañerías del nuevo Servicio de Aguas Ptables de Benissa entró en funcionamiento.

Este año se cumplirán 46 años.

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