Me atrevo en esta
entrada a decir que hay varias formas de guerras, y aquí voy a denominar dos,
la guerra de ejércitos con armas y guerras de actitud.
La televisión en
España empezó a emitir en 1956. Pocos eran los que se atrevieron a comprar
aquel aparato, por caro y por desconfianza.
En mi casa, calculo
yo, que ya lo teníamos en el año 1963. El asesinato y funerales de John
Fitzgerald Kennedy ya lo seguimos desde la tele recién estrenada.
Desde el año 1959
al 1975 en todos los Telediarios la noticia estaba en un país, el cual casi
nadie sabía ubicar en lo que en aquellos tiempos se llamaba mapa-mundi.
Estos días se
cumplen 42 años de la derrota, "huida", de los Estados Unidos del Vietnam. La no
guerra del Vietnam, no existió oficialmente, pues nunca nadie se la declaro a
nadie, ni hubo rendición de parte alguna. La excusa de la defensa de Vietnam
del Sur como país democrático, frente al comunista del Norte, no era cierta.
EEUU pretendía establecer una base militar en ese país. Y lo que comenzó con
unos hostigamientos de la guerrilla del Frente de Liberación (Viet Cong),
siendo presidente Kennedy, con un destacamento de 11.000 soldados, fue
creciendo con los posteriores presidentes, Nixon, Jhonson y Ford, llegando
a finales de 1960 a 500.000 soldados con el presidente Jhonson.
Fue la guerra de mi vida, pues todas las noches cenábamos
con Diego Carcedo, Miguel de la Cuadra Salcedo desde Vietnam y Jesús Hermida
desde Washington.
Fue una guerra sin censura, los periodistas iban detrás
de los soldados americanos, que tenían una media de edad de 19 años, vestidos
como ellos para evitar errores. Llegaron a participar hasta 2.300 periodistas, de los que solo 5 eran soviéticos.
Mientras aquello que parecía una serie de televisión
ocurría en la selva de la península Indochina, se producía el asesinato de Kennedy
y del Che, el mayo francés del 68, la llegada a la luna, la explosión del negocio del petróleo, la
minifalda, la lucha por los derechos civiles …
La revista Life publicó las fotos de los soldados muertos
en una sola semana 242, y empiezan los movimientos pacifistas, con la música de
los Beatles. Los soldados vuelven a escondidas, tantos muertos empiezan a
“oler”. Hay deserciones.
EEUU bombardea y quema pueblos enteros, usa armas
químicas, se da a conocer lo sucedido en la aldea de Mÿ Lai. En la Navidad de
1972 se dejan caer 20.000 toneladas de bombas.
EEUU tuvo 58 220 muertos y
303.000 heridos.
Saigon es hoy una ciudad llena de bancos y
multinacionales, como cualquier ciudad occidental.
Y la guerra
fue un negocio que aun hoy perdura. Los jóvenes que no murieron, aquel infierno
los dejos lisiados y a casi todos tocados. Y como una vergüenza nacional se les
tiene ignorados.
En el Cementerio
Nacional Arligton, hay miles de cruces alineadas, son los muertos. Una guerra
con muertes físicas. Y con muertes psíquicas y emocionales.
Esa que he
relatado, pensaba yo, era la guerra de mi vida desde la butaca cómoda de mi
casa. De lejos veía muertos, heridos, lisiados, idos, …. Horrores, odios e impiedad.
Y concreto
más. Esas guerras familiares que desmienten que las palabras, frases y caricias
de otros tiempos fueran verdaderas. Puede que quien así se expresara confundiera
amor por comodidad y buena posición. Esas guerras que destrozan psíquicamente a
los contendientes y a los hijos, si los hay.
Esas guerras
en las que no se conforma el agraviado con la sentencia de un juez, necesita
ver arrastrándose al herido de muerte. Y además busca la excusa para castigar
al resto de miembros de la misma sangre del condenado.
Guerras que
a veces se ejercen sobre enfermos. Guerras donde vale todo, donde la influencia
de la enfermedad y la medicación no se reconoce, y se aprovecha su debilidad
para hundirlo más aún.
Estaba
equivocado, la de Vietnam era la guerra sangrante de mi niñez, ésta última es
la verdadera guerra de mi vida.
No hay comentarios:
Publicar un comentario