«Gracias a la libertad de expresión hoy es posible decir que un gobernante es un inútil, sin que nos pase nada. Al gobernante tampoco».

Jaume Perich (1941-1995). Escritor y humorista

jueves, 7 de mayo de 2015

Donde yo vivo (XI). Fe de Vida.

El primer día.

La maquinaria del INSS se puso en marcha, para ahorrarle al estado el pago de mi pensión al en otra hora país de los milagros (la marca España), y en la actualidad el país de los 40 ladrones de Ali Baba. Una cosa nos diferencia, que son 40. 3 (elevado al cubo).

El INSS necesitaba saber si estoy vivo, por podía amortizar mi pensión, o aprovecharla para gastos de más interés.  El sueldo de Rajoy, o el de Montoro, o el de Wert. Hasta incluso, con tal monto, podría sufragar la deuda histórica con la Comunidad Valenciana, que el ñoño de Fabra no reclama.

Es verdad, hasta final de marzo tenia plazo para demostrar ante ese organismo, que a pesar de los pesares, y los intentos de algunos/as de hundirme como un pilote antisísmico, estaba vivito y coleando y con muchas ganas que lo sea por muchos años.

La carta sale de Alicante el 2 de abril, llega a mis manos el 25 y antes del 8 de mayo, un documento original, o fax del Consulado de España, debe decir que el funcionario encargado, previa visualización del pasaporte y el DNI, ha comprobado que el del retrato es el menda, que respira y camina.  Desgraciadamente la pensión la deberán seguir pagando, con lo que la deuda histórica no se liquidara, por ahora.

En este país, como en todos, para residir hay que tener un permiso. Una VISA. Si no fuera así sería un ilegal y podrían deportarme al país de la cueva de Ali Baba.

Aprovecho la estancia en la capital y dos meses antes de su caducidad renuevo mi autorización de residencia.

Tiempo invertido, tres horas de papeleos.

Tres horas!!!.  Pero a esas tres escasas horas hay que añadir 7 horas de ida, más 7 de vuelta. En autobús y  dando tumbos, porque las vías de comunicación, escasas y curvadas, triplican el tiempo invertido por kilómetro. Eso sí, la vía es de peaje, 5 peajes. Y cuidado con la vaca que puede cruzar sin avisar.

Y ahora qué?.  Hace tiempo que deseaba conocer la Fundación Nacional Esperanza contra el Parkinson.  Otra vez la red social Facebook había hecho que conociera la existencia de dicha Fundación.

El amigo que llevo a la espalda da síntomas de querer una dosis por adelantado. El viaje en autobús de 7 horas ha despertado sus insanas artes, y amenaza con agarrotar los músculos.  Conociéndolo, es cuestión de darle la dosis y descansar para que se duerma.
Durante mucho tiempo Clara E. Morales, era un nombre, unas fotos y algún que otro chat preguntando cuando iba, contestando, pronto será. Como tantos amigos Facebook, nunca antes nos habíamos visto.

Palacio Real de Aranjuez (Madrid)
El barrio  Villas de Aranjuez es un conjunto cerrado, al norte de la ciudad. Las casas son adosadas de ladrillo rojo rodeadas de jardín.  Pienso en mis estancias en Aranjuez por las fiestas de san Fernando a finales de mayo. Los conciertos en los Jardines del Principe, los paseos matutinos por la orilla del Tajo, por los jardines de la Isla. Las construcciones  de ladrillo rojo, el Palacio Real o la Casita del Labrador, el palacio de Godoy, la iglesia de Alpajés. La inmensa plaza donde la Mariblanca parece una niña. Y en la memoria, el concierto de Aranjuez.

El primer saludo, el primer contacto visual, es satisfactorio. Joven, simpática y con un ligero toque PK. Esto último porque lo sé. Otros dirían que iba al ritmo de la música que seguramente escuchaba con unos auriculares camuflados.

Música en la casa, mesa puesta y saludo de Bowser.  Agradable conversación, aunque siempre tengo la sensación que no dejo de hablar y no dejo hablar. Hablo, tragro aire, me quedo  el ultimo    ….. sin remedio.

Plaza Bolivar
Le dedicamos la tarde a la parte antigua de Bogota. La Candelaria, allí, entre universidades, museos, la casa del Florero, la plaza del Chorro de Quevedo …Todo ello, autentico punto nuclear de la ciudad. Primer asentamiento  ordenado por Gonzalo Jiménez de Quesada.

La juventud universitaria empieza a concentrarse en la zona.

Por la calle 11, con ciertas manifestaciones del Pk, llegamos de  repente a la plaza con el nombre de las plazas de casi toda Sudamérica, la plaza Bolivar. La conformación no difiere de las plazas españolas, los poderes la ocupan: la Iglesia, el Ayuntamiento, el palacio de Justicia, y el Congreso.

Sí. Ya sé, el ejército, falta el ejército. Falta la sede, pero allí había ejército.

Casa Nariño - Presidencia
Frente al congreso, la Casa Nariño, sede presidencial. Dentro del vallado una reata de carros (coches), y yo bromeo: “Santos tiene merienda”.

Buena merienda es el debate actual. El proceso de Paz, o negociación con la guerrilla de las FARC. Un debate que me recuerda al de ETA en España. Propuestas de todo tipo, y partidarios y detractores. Mientras los jóvenes del ejercito “caen en acto de servicio”. Fanfarrias y medallas, y madres destrozadas.

Volvemos. Mañana hay que madrugar.

Transporte?. Taxi y colectivo. Y el Transmilenio.

El Distrito Capital no tiene metro. El Transmilenio, noticia todos los días por una serie de delitos, deficiencias y masificación, es el sistema que combina el transporte colectivo urbano con un parecido a un Metro en superficie.

La visión de Clara sobre mi experiencia
En el trayecto recorrido, comprobé y sufrí, aquello que venía escuchando en los noticiarios. Aprietos, estrujones, rozamientos. Pero en mi caso, y está bien retratado en el dibujo de Clara, mi obsesión era sentir la presión de mi cartera y mi móvil en mis bolsillos. Cuando la perdía, bajaba mi mano, desde la barra de sujeción, apretaba ambos bultos, volvía a sentir la presión y comprobaba que no había ningún ataque ninja que aumentara la estadística, a mi costa, de robo de cartera o móvil, o los dos a la vez.

Los baches, y curvas, producían el efecto batidora, o bombo de centrifugado. Literalmente me quedaba en el aire, o daba de cabezazos a la barra de sujeción. Al pisar suelo firme, tuve la sensación de que este, seguía con el mismo movimiento bajo mis pies. Durante un rato, la inseguridad en mi caminar, vista desde lejos, le parecería al observador, la de un trompo buscado el equilibrio firme sobre el eje central.

Hasta la puerta del hotel.

-        Te acompaño al taxi.


A dormir, que el segundo día no será menos agitado.

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