15 de junio, Día Mundial Contra el Maltrato de Ancianos.

La entrada

“Como me trataras cuando dependa de ti, viendo como me tratas ahora.”

La vida nos depara, si hay salud,  el paso por distintos estadios que nos llevan, indefectiblemente al deterioro y a la muerte.

El circulo se abrió con un recién nacido, vulnerable y dependiente. Generalmente querido y esperado. No voy a entrar en otros supuestos.

No sabía que existía el día mundial contra “el maltrato a los ancianos”, aunque no me extraña. Hay tantos días mundiales, que ya creo se ha perdido la cuenta de cual toca cada día y que hay que hacer ese día para despertar de la indiferencia de tanta saturació

La diferencia entre un niño y un anciano, además de la edad,  es que el niño lo tiene todo por aprender y el anciano lo tiene todo aprendido, y siendo los malos tratos malos en ambos casos, en los ancianos causa un estrés añadido.

Para respirar

En la comparación entre anciano y niño, solo me refiero a que, es más satisfactoria una gracia de un bebe que una queja de un viejo. Una caca de un bebe, que un pañal de un viejo.

En estos tiempos en los que realizo tareas de cuidador, ya que, la naturaleza ha querido que mis padres tuvieran una vida longeva y hasta hace bien poco independiente, reflexiono sobre lo poco que sabemos de la indudable existencia del maltrato a mayores dependientes.  Considerando como maltrato la explotación de la capacidad de trabajo en el hogar, la destitución familiar entendida como hostilidad en la familia, el desarraigo al tener que rotar por las casas de los hijos y/o instituciones de forma forzosa, la explotación económica, el abandono cuando los familiares se desentienden de las necesidades de los ancianos, y la falta de capacitación de los cuidadores no profesionales agudizada en caso de ancianos que sufren demencia.

Los ancianos requieren numerosos cuidados y estos, en muchas ocasiones, no ayudan en ello.  A veces la capacidad familiar no tiene la preparación para asumirlos.  Puede  agravarse aún más la situación si  existe algún caso con una historia previa de violencia familiar. O el entorno familiar que asume su cuidanza tiene una perturbación debida a otras causas.

De pruebas

Los cuidadores se frustran por la responsabilidad que asumen en el papel de cuidar, y en ocasiones llegan a la pérdida de control de la situación, presentándose  signos de estrés.  Los cambios de estilo de vida y las interferencias que experimentan, o los cambios inesperados en sus aspiraciones o expectativas sociales, personales y laborales. Si a todo ello sumamos la escasez  de apoyo familiar y/o social para descargar peso y responsabilidad,  y tenemos  problemas económicos añadidos, el resultado puede ser  dramático.

Triste es llegar a extremos de abandono consciente. En esos casos no tienen perdón, puesto que del abandonado, en su momento dependieron, por lo general  hasta los 18 años. Ahora, hasta los 30 aún están dependiendo

El despacho

Cuidar a un anciano, en el ocaso  de la vida. Observar  que  el deterioro  es evidente  y que avanza cada día.  Que no puedes parar ese carro sin freno.  Ver el estrés que produce ver estresado al familiar, consciente de su estado, todo eso, hay que vivirlo para entenderlo.

Hoy lo entiendo.

Dentro de casi nada, me clasificaran  como anciano, y como todos, aunque en mi caso será difícil, espero que las generaciones venideras entiendan que ellos vivieron gracias a esos que ahora cagan y mean en un pañal, con una vergüenza suprema. Que tuvieron que hacer las mismas acciones. Pañales, papillas, mocos, babas, cacas, pipis, leches agrias y berrinches.

Habitación con vistas relajantes

Soy pesimista. La tendencia a esconder a la persona mayor, como con vergüenza. Que el culto al cuerpo 10, sano y  atlético, sea  el ejemplo a seguir. Que los cuerpos viejos, quemados de sol, desgastados, se escondan, como si de una sociedad sin mayores y sin enfermos se tratara, es un error y un mal ejemplo que llevará al rechazo y aburrimiento de los más jóvenes hacia nuestros mayores.