Maria Jose Ibañez - 2012
Las armas, trabucos, lanzas o cualquiera que sea la
utilería que lleven en las manos, guardan una simetría, una línea igual. La
estética entonces, se logra. Los espectadores suspiran: “esa sí, esa filá sí que desfila marcial”.
La música que les acompaña les recuerda la posición
y el paso a seguir. El resto lo hace la vestimenta. Todos iguales, de
uniforme. Es el segundo suspiro del
espectador: “esa sí, esa filá sí que
lleva unos trajes lujosos y llamativos”.
De repente me viene una visión, un recuerdo. Me
columpio en él, y el recuerdo se convierte en recuerdos. Han sido los desfiles,
la uniformidad, las armas, la disciplina…. la música. Y sobre todo la multitud
de palabras nuevas alrededor de la fiesta de Moros y Cristianos y sus
componentes.
La similitud es tal, que hago el collage de fotos
con una cabecera de desfile militar y una foto de la Guardia Mora, con dos filás
de Moros i Cristianos.
Y voy a participaros cual es mi visión, mi recuerdo,
mi pesadilla:
-
Pero
.., no sé. Se me calificara de abuelo-batalletes?. Bueno, a pesar de todo, sigo
adelante.
Hace once años, el gobierno acabo con doscientos años de Servicio
Militar. Acabó con ¨La mili¨. Los
menores de treinta años, ahora mismo, ya
ni saben que era “la mili”.
Divago, como siempre que me vienen un recuerdo. Ya
estoy inquieto, no paro por nada, y empiezo a buscar en mi caja de recuerdos
militares. Cuando abro la caja, me da en
la cara un aire marcial y un vocabulario chulesco y chusco del que a
continuación voy a intentar hacer una representación.
Encuentro todo:
-
La
citación para la presentación en el Cuartel de Benalúa en Alicante.
Me acuerdo que allí, lo primero, fue una revisión de
machos. Bajada general de pantalones, para que el señor entorchado de estrellas, viera, si había algún fallo de hombría.
Nos entregan el petate
y dos billetes de tren. Lo llamaban exprés, cosa que no sé que quería
decir. Era una mezcla de tren de carga o ganadero, con vagones de pasajeros. El
exprés tardaba cinco horas en llegar al destino.
En el destino, Madrid – Atocha, cambio de tren, y con el segundo billete
llegamos a la estación de Colmenar Viejo. Nuestro destino de tres meses. Allí
estaban los Avia, los Reo o Pegaso del ejército para llevarnos al CIR nº 1 (Cuartel de Instrucción de Reclutas) San Pedro de Colmenar Viejo.
Billetes Alicante - Madrid - Colmenar viejo |
A oscuras, sin cenar, tropezando, tiritando,
aguantando a cada momento: “p.... reclutas, a que horas se les ocurre llegar”,
“vais a comer más m….. que vuestras p.... gallinas”.
¡¡Que felicidad, vaya recibimiento !!.
Identificacion CIR |
Sobre todo el vocabulario era de lo más. El lenguaje
cuartelero, eso es, cuartelero y chusco.
Los CIR, estaban a rebosar. En Colmenar Viejo había
cinco mil personas.
A las seis y media diana y a formar al
patio. A la carrera y tal como
estuvieras, medio desnudo o como fuera. Alguno dormía vestidos para llegar en perfecto estado de revista. Los
reclutas altos, en primera fila, y de ahí para abajo, al final los más bajitos,
“la calderilla”.
¡¡¡¡ Firrrrrrrrmes.!!! ¡¡¡
Ar.!!!!. Menuda orden
sin sentido.
Se invertía mucho tiempo y se daban mucha
importancia al desfile de la tropa.
Durante la mañana instrucción, por
la tarde limpieza y por la noche de marcha.
Ja,ja … marcha de caminatas kilométricas, sin música, ni chicas, ni cubata,
un no parar.
Las necesidades se hacían en las letrinas, al aire libre y casi a vista
de todo el mundo. La humanidad personal a la vista de todos. Y las duchas
colectivas y masificadas.
Habían tres comedores inmensos. Imaginad cuan
inmensos serian los montones de platos. Imaginad un sábado por la tarde con los
platos y calderos por amigos y entretenimiento.
Desfiles?. Pues sí. Hasta el día de la jura de bandera, cada día se desfilaba. Se cantaba una canción para
marcar el paso. Y el paso “a piñón
fijo”, era el motivo por el que los ensayos de desfile se hacían
interminables.
Tres meses de suplicio y jura de bandera. Familiares
para ver el acto. ¡¡Ale, a casa unos
días!!.
El día 6 de diciembre de 1978, voto en el
Referéndum para la ratificación de la
Constitución Española. En ese momento, soy soldado
del Ejercito Español. Orgulloso de votar una Constitución democrática y con
justificante de haberlo hecho. Al mismo tiempo amedrentado por los meses que me
quedaban por delante y la incertidumbre de la deriva que tomaría España, ya que
los militares estaban muy rebotados. Los cuadros de Franco estaban en todos los
locales de los cuarteles. No recuerdo ver alguno del Rey.
El día 11 de diciembre de 1978, a las 12 horas en la
Unidad Regional de Autos de la 1ª Región
Militar – Barrio de Campamento de Madrid.-Reza la cédula de presentación.
Hoy mediante Google Maps (¿que dices de Google?, en 1978?. Podía ser motivo de
arresto, podría ser una clave terrorista). Decía que con Google Maps, indago la
ubicación de esa Unidad. Es un solar. No queda ni una pared, jardín, bordillo,
piscina, tanque arrestado, los Avias, Pegasos, Reos, el brigada Pallero, el brigada Flores, el capitán Ibañez, el comandante
Obispo. Nada.
En el cuerpo
de guardia me indicaron la compañía
donde tenía que dirigirme. El puertas,
ya prevenido iba dirigiéndoos hacia una fila donde el escribiente nos iba tomando los datos y el furri no iba dando al ropa y demás.
Aprendí un vocabulario nuevo: que el pater era el cura, el furriel era quien organizaba servicios
y era responsable de armamento y ropa, y
el chopo era el fusil o Cetme. La guardia en las garitas, diurna y nocturna,
estaba ocupadada por el garitero o guripa, el cual pasaba horas cogido al
arma, a la a que llamaban la novia.
En la cantina
o el hogar del soldado, comías mejor
que en el comedor, pero del chusco
no te librabas para merendar. Los wisas
y los abuelos tenían preferencia
sobre los padres y los bichos. Para los bicho, recluta, bulto, chivo, las primeras noches eran un tormento
por las constantes novatadas. A
veces humillantes y crueles. Recuerdo
un gallego follonero repartiendo orujo
casero a todos los reclutas, a la fuerza durante tres semanas. Un
tormento señores. La parodia de la jura de bandera, besando un calcetín con un
perfume, que con anterioridad habían preparado. Una barbaridad tras otra. Algunas, mejor no
sacarlas de bajo de los recuerdos a no reproducir.
Si en la compañía había un sargento chusquero y tu deporte
era escaquearte, cuidado por que
podías ir a pelar patatas, o caerte unas
cuantas imaginarias. Los
llamamientos de la carne, eran escasos, unos decían que era porque estábamos
agotados y otros por el bromuro en
la comida. Vaya ud. a saber, alguno no le afectaba. Tenia novia en Madrid y en
el pueblo.
También era un castigo común el corte del pelo al 0.
El peluca, cual verdugo, ejecutaba la orden y te dejaba pelusa, si el amargado del sargento lo
mandaba.
Yo fui machaca
del capitán de mi compañía, mas fino era ordenanza.
De todo hacia, pero la compra de pintura blanca, roja y gris, se llevaba la
palma. Los bordillos eran pintados y repintados, con blanco y rojo, ya se ve en
la foto. Los asistentes, también
existían pero menos.
Había un teniente legía en el cuartel, que de cuando en cuando llevaba una pequeña
melopea de coñac La Parra, “quien lo
bebe la agarra”.
Enfermo no caí nunca, pero si alguna vez acudí,
siempre me dieron la misma pastilla. Si necesitabas medicamento, el aspirino nos daba a todos la misma
pastilla. En cuanto a la vestimenta, debías
ir con cuidado por si los pili mili o
PM´s (policía Militar) te
interceptaban. Su función, la vigilancia de los grupos de militares, que se
esparcían por Madrid, con el fin de escapar por unas horas del ambiente febril
y mandón de los oficiales cabreados, mal hablados e insultadores.
-
A
ver el pollino de la tercera fila …. El paso, coja el paso, zopenco.
-
Sois
una p … viejas.
-
Os
voy a sacar la primera papilla. Hasta mañana aquí dando vueltas.
Algunos Lili, otros al dia siguiente |
Las interceptaciones
las hacían cuando ibas de bonito,
la uniformidad era el punto fuerte de su vigilancia. Si tenías la gorra capada, suponía un arresto en prevención, además de meterte
un puro. Allí ya no vestías de bonito, allí estabas vestido de romano. A veces radio
macuto difundía que podía retrasarse para ti la blanca y por tanto, que no estarías Lili, como todos, a su debido tiempo.
El turuta daba el toque de diana, lo que significaba que todos
a formar en la calle, pase de
lista y lectura de la orden del día.
Y señoras y señores, estoy escuchando el toque de retreta. Sé que después
vendrá el toque de silencio.
No sigo y me quedo aquí. No sea que aparezca el
sargento chusquero que la última semana de mi mili, me regaló una semana de arresto en compañía.
Por eso, me pongo firmes, con el saludo militar y en
total silencio, deseando, con alzamientos de cejas,
Dias Mili-Dias libre en casa |
BONES FESTES.
Constatación de estar Lili "Licenciado" |
La Blanca |
Articulo publicado en el libro de fiestas de Moros y Cristianos del año 2012
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