Un día en el Parque Güell
Siete de sus invenciones, de sus sueños, de sus
genialidades son Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO: en
1984 el Parque Güell, el Palacio
Güell y la Casa Milà; y en 2005 la
fachada del Nacimiento, la cripta y el ábside de la Sagrada Familia, la Casa
Vicens y la Casa Batlló en Barcelona, junto con la cripta de la Colonia Güell en Santa Coloma de Cervelló.
Como seria de excepcional su
creatividad y seguramente fuera de los cánones conocidos en su juventud, que según leo, el director de la Escuela de Arquitectura
de Barcelona, en el momento de otorgarle el titulo, dijo:
“Hemos dado el titulo a un loco o a un genio, el
tiempo lo dirá”
Quienes hemos visitado, admirado y ocupado las
invenciones del arquitecto, hemos sentido el roce de la naturaleza. No caber
duda que su inspiración esta basada en un contacto intenso con ella y la
necesidad del artista de integrar su
obra en ella.
Eusebi Güell, fue uno de los personajes que más hizo para
que la originalidad y la fuerza impactante del genio de Antonio Gaudí fueran conocidas. Sus encargos fueron un escaparate para que a Gaudí le llovieran
peticiones de proyectos de distinto signo.
Creo que con diferencia, es el Parque Güell
( 1900 – 1914) la obra que en más ocasiones he visitado. No voy a detallar, ni hacer un retrato crítico del monumento. Sí que tengo que decir, que el visitante no se
siente ausente, la curiosidad a cada paso es provocada por multitud de
detalles, formas, signos, composiciones …
Me llamó mucho la atención,
que de la megalománica Ciudad de las
Artes y las Ciencias de Valencia, se
alabara la originalidad del “trencadis”, pedazos de cerámica formando dibujos o
composiciones; originalidad que no lo es tanto, ya que no es otra cosa que una
copia de la técnica. El genio de Gaudí , en el Parque Güell, le da un
especial protagonismo. Originales formas
orgánicas y signos que incitan a la búsqueda de mensajes ocultos.
Se cumple hoy el 160 aniversario del nacimiento de un
personaje único, que, como tantos otros dejó su huella, huella maravillosa,
civil, sana, honrada, pacifica, respetuosa, sencilla, humilde, lejos de premios,
alabanzas y alharacas. Por eso, por esa misma sencillez durante un tiempo fue
olvidado y poco valorado.
Hoy, que se valora la gran
obra, el monumento de coste multimillonario, el arquitecto de mayor minuta, es
un ejemplo la actitud de un hombre excepcional.
Humildad y respeto. Dos palabras cuyo contenido debería ser lema
de los personajes públicos, tanto políticos como de cualquier signo. La
sociedad necesita de una regeneración, de un baño de pobreza. De un rebaje de unos
cuantos puntos de orgullo y de “porque me lo merezco”.
Los actuales personajes
públicos deberían “hacérselo ver” y después tomar las
medicinas que les receten. Sin duda entre la relación de productos para la
regeneración, habrán unos laxantes de poder desincrustante extra.
Sera
necesario.
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