«Gracias a la libertad de expresión hoy es posible decir que un gobernante es un inútil, sin que nos pase nada. Al gobernante tampoco».

Jaume Perich (1941-1995). Escritor y humorista

martes, 29 de noviembre de 2016

Por la plata baila el mono.



Creí durante muchos años que cuando mi madre citaba tal dicho, este solo se refería a  los intereses relacionados con el dinero. Esto sería cuando yo aún no me había caído de la higuera. Cuando aún, el círculo cercano, eran, mis padres y mis hermanos. Cuando  mi candidez, aun con un carácter fuerte, no se atrevía a decir NO a nada. Cuando el “ayuda y te ayudaran”, “haz bien y no mires a quien” y otros tanto, daban pie a que no valorara cuales iban a ser las tornas. No lo hacía por interés, sino por puro afán de ser una persona correcta, amplia y desprendida.
 
Con el tiempo y algunos tropezones, comprobé, que todo es un trueque. Si me das, te doy. Y ese dar o devolver tiene un valor, y la devuelta deberá ser igual o aumentarla con un cierto interés. No es suficiente decir gracias, la palabra no tiene un valor por sí sola, hay que acompañarla de algo, y acertar.

Cuando a mi edad se cae uno de la higuera, el golpe puede ser de consideración, además puede precisar de algunas horas de hospital y en algún caso deja marca en el cuerpo, y para curar ha necesitado de ungüentos, pastillas y psicólogo incluso. 

Si “te quiero mucho”, “eres una gran persona” o “siempre estaré en deuda contigo”, u otras expresiones por el estilo, necesitan tan solo de:

-          Un NO.
-          Un, no puedo ahora.  
-          Un, no estoy de acuerdo contigo. 

Para que tu imagen se tambalee de la peana donde te tenían, e incluso vaya al traste todo, En unos segundos pasar de ser el adorado huevón del que se sacaban todas las mantecas, a ser el ser más intratable, grosero y poco solidario conocido.

El haber estado en la higuera es la razón. Yo soy el culpable de no haber bajado  algún rato y reconocer el terreno.

Hoy con heridas y marcas ya imborrables compruebo que “te quiero mucho”, es una frase incompleta.

Que todo, todo, debe levar su compensación. El altruismo, la ayuda desinteresada, el amor, solo existe en contadas ocasiones. Hoy todo es a cambio de algo. Y quien no lo entienda así, o lo advierta a tiempo, comprobara, como Newton, la Ley de la Gravedad Universal, en la que el objeto con masa que nos atrae es solamente el frio y polvoriento suelo.

Toca levantarse, sacudirse el polvo, y seguir adelante.

Si lo anterior te parece pesimista, seguramente no has probado el frio y sucio suelo, o hace tanto tiempo que tu subconsciente lo borró, aunque la marca este ahí y no quieras ni recordar su procedencia.

 

jueves, 10 de noviembre de 2016

¿Quien dice?.


Anormalidad

¿Quién puede decir que pasara mañana?.
 
Estoy escribiendo. Mañana puede ser que lo publique. Pero,¿ podre ?.¿ Quien dice o no dice’.¿Quien ordena este desorden?.¿ Porque está mal o bien cualquier cosa?.

No sabemos nada. Caminamos a ciegas. Todo va surgiendo. Lo aprovechamos, o no.Lo dejamos pasar, o no nos damos cuenta en algunos momentos.

Parece triste, es verdad, que aunque tenemos lo básico no hay manera de conformarnos. No tenemos un techo en nuestras pretensiones. Cada escalón superado, necesitamos superar el siguiente. Es superior a nuestra fuerza de voluntad.

Hace casi dos meses que no he escrito dos palabras seguidas.

Alguna orden recibió la sala de redacción de mi cerebro, desde la sala de dirección. Tal vez: reinicia, formatea, reordena….

un año para vestirlo
La capacidad de encaje de los cambios y nuevas situaciones vitales, dependen ante todo de la actitud personal. La recepción de las mismas como un reto, una prueba, una nueva demostración de quien soy, y en fin, hasta dónde puede llegar la fortaleza y la voluntad personal.

Hace días que no digo nada. La olla esta en preebullición, algo se cuece en el interior de mi cráneo. En mi defectuoso cerebro, intacto en cuanto a conocimiento. El “defecto” esta en la transmisión más o menos lenta de las ordenes.

¿Y todo es eso?. ¿La lentitud?.
 ¿Dónde está el libro de valoración de tiempos?.

El caso es que, algo ha sucedido hoy. Desde la  sala de dirección, de repente, se exige una opinión, una valoración.

-         
¿de qué?.
-          ¿Pero en qué mundo vives?. De Trump.
-          ¿Trump?. ¿Gano Trump?. Y perdona, ¿pero aquí en España ya se han puesto de acuerdo?.

¿    Dónde has estado Vicent?. Mariano, hombre, Mariano es el presidente.
 
Me he levantado de un salto, no encuentro el ordenador.

¿Quién dice?, es la pregunta. 

La respuesta es: mi yo, mi conciencia.

No, ahora es hora de los guiñoles de Trump, Mariano. Le Pen.