«Gracias a la libertad de expresión hoy es posible decir que un gobernante es un inútil, sin que nos pase nada. Al gobernante tampoco».

Jaume Perich (1941-1995). Escritor y humorista

lunes, 5 de septiembre de 2011

CARPE DIEM


Leer con musica.





Al leer la entrada que Fer Lopez tiene en su nuevo Blog  "Sin Prisa pero Sin Pausa", cambio de opinión y me decido por esta Columna, que seguro a más de uno le parecerá críptica o incomprensible rollo Macabeo.

 Hay algunos momentos críticos y trascendentales en la vida. Esos que a veces pasan sin darnos cuenta y otros que pasan, y pasan junto a una factura que nos obliga a pagar  durante el resto de nuestras vidas.

Un momento crítico es, por ejemplo, cuando a una persona joven, llena de vida, se le diagnostica una enfermedad,  sea incurable o invalidante, de morir mañana o de aquí a veinte años. Otra es cuando una persona que ha dedicado mas de 35 años a la misma profesión y con toda la pasión, debe asumir que eso se acabe, y por distintas circunstancias, su vida laboral ha cerrado un ciclo.
 Quien no asume estos cambios con naturalidad, habiendo realizado un despege gradual, tiene todos los billetes de la depresión. Si uno se siente joven en su interior, no debe creer que envejece porque cumple años y la sociedad ya no lo necesita.

Muy al contrario, debe aprovechar la oportunidad que le brinda la sociedad laboral para ahora que aún están con fuerzas, tanto físicas como mentales, poder hacer todo lo que por falta de tiempo no han podido hacer a lo largo de su vida. Hay que asumir ese nuevo cambio en la vida y tratar de disfrutarlo en lugar de elegir la opción de deprimirse y amargarse.

La principal enfermedad de los jubilados es la depresión, la cual, seis de cada diez médicos atribuyeran a la ociosidad y a la incapacidad para utilizar el tiempo libre, dos de cada diez la atribuyeran a dificultades financieras y, también dos de cada diez la relacionan con problemas domésticos.

Hoy, en las puertas de mis 54 años, afronto un reto, un giro en mi vida, y será hacia otras formas de expresar mi potencialidades. Y vivir el día, el momento. Hacer aquello, para lo que nunca tuve suficiente tiempo, ahora que tengo todo el tiempo del mundo.


Supongo,  que sí, que como todos, los primeros días pensaremos que se van olvidando de nosotros, de  "los imprescindibles".

Asumir el adiós a una parte importante de nuestra vida, es un esfuerzo mental que hay que hacer, pero ya. Tener un plan para mantener este cuerpo, acelerado o lento, con el tono de tensión que hasta ahora, pero tensión placentera.

Tener la ilusión y el atrevimiento de lanzarse a nuevos retos, a realizar viejos sueños, convivir y aprender a convivir. La vida nos ha hecho individualistas, cosa que hay que cambiar.
Los cambios trascendentales de la vida, deben ser para cada uno de nosotros un aliciente para no dejar de creer que todo tiene una solución feliz.

Por eso CARPE DIEM, "Aprovecha el día y no confíes en el mañana", "Vivo cada momento como si fuera el último".

Yo voy a hacerlo.  Y Tú?

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