«Gracias a la libertad de expresión hoy es posible decir que un gobernante es un inútil, sin que nos pase nada. Al gobernante tampoco».

Jaume Perich (1941-1995). Escritor y humorista

lunes, 29 de agosto de 2011

Manolete. Mito y torturador.

Manolete. ¿Quien es Manolete?.

¡Ah, el torero Manolete!. Ese.

Creo que en la actualidad no es muy conocida la figura del torero, sobre todo entre la juventud. En cambio las corridas de toros en la televisión de los años 60 y 70 del siglo pasado, eran de lo más habitual. Las ferias de Sevilla, Madrid y Valencia, desalojaban telenovelas y programas anodinos de las tardes de la TVE, y la otra cadena la UHF que emitía a ciertas horas.

Un video para seguir:

http://youtu.be/z-58QMeTyWs
Todos éramos toreros o futbolistas. Se decía que con estas dos aficiones y con el poderoso medio, la televisión, el régimen de Franco tenia anestesiado al “pueblo español” (frasecilla muy repetida), y este pueblo no tenia mas reivindicaciones que hacer que las que se relacionaban con el balón y los veintitrés que corren tras él, como idos, saltando como posesos cuando el balón entra por entre los tres palos. A ciencia cierta, no se que gran milagro debe ser, que una bola de trapo-cuero consiga que a base de patadas, y al situarse entre los palos produzca toda clase de reacciones, algunas de las de  atar.
 
Y lo compaginábamos con el toreo. Esto menos, ya que era como aburrido para los espectadores, a no ser que, representáramos la suelta de vaquillas y uno entre los de la cuadrilla, cogido a un palo a modo de astas, perseguía a los demás, propinándoles buenos empujones.

A nivel general, los toros eran afición de todos. No en balde era la fiesta nacional de España. Todos sabían y opinaban como se debían hacer los pases, poner banderillas o entrar a matar. Si la presidencia era benévola o no sabia de toros. En fin, es una representación peligrosa que según he oído ensalza la bravura y a la vez la lealtad del toro, que pierde la vida para que su matador con la superioridad de utensilios toque-suba a la gloria,

Bien pues, el espectáculo de masas señores, esta tocado de muerte y sus defensores, calificados cuanto menos de asesinos torturadores.

La otra hora Fiesta Nacional, la de los mitos-torero, la de los juegos de chiquillos, la de la Beneficencia, etc, ahora es la de torturadores, cómplices de asesinos de animales y espectáculos de sangre y saña.

Señores, ni tanto ni tan poco.

Prohibir las corridas de toros. Creo que no es un acierto. Aquí, en el país del conmigo o contra mi. En este país del todo o nada. El justo medio no se ha encontrado, salvo, claro, cuando se juntaron en contadas  ocasiones cuatro con sentido común. 

Hoy la frase “sentido común” ya esta en desuso, primero porque no hay sentido común y segundo porque ya todo ha perdido el sentido. Hoy que según parece, tenemos mayor cultura, mayor conocimiento, resulta que ahora hay menos tolerancia, menos respeto, ah!, y eso sí, el conocimiento lo ponemos al servicio de nuestros intereses propios, cargar de lo que hace falta y de lo que no. Acaparar a costa del que tenemos delante

Quiero llegar a concluir de que, cualquier decisión tomada, y que perjudica a un gran número de personas, forzosamente tiene de haber un término medio.

La prohibición de las corridas de toros es la prueba fehaciente de que no hay agallas ni ganas de contentar a todo el mundo. Y en Catalunya, de seny, en este asunto, no se ha hecho uso de el.

Comprobado que se homenajea al miura “Islero”, y Manolete es victima de escarnio, certifica claramente cuales son los genes que el “españolito” lleva impregnados.

Para mí que, después del Paraíso,  Adán y Eva, y Caín y Abel, vivieron en el recinto de la piel de toro.

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