«Gracias a la libertad de expresión hoy es posible decir que un gobernante es un inútil, sin que nos pase nada. Al gobernante tampoco».

Jaume Perich (1941-1995). Escritor y humorista

lunes, 1 de agosto de 2011

Las almendras de agosto.

Si miramos las enciclopedias, bueno, las enciclopedias ya están pasadas de moda, ahora todo está detrás de la pantalla que tengo delante y donde estoy escribiendo esta columna. Si buscamos, pues, en la red,  en internet, la palabra agosto, saldrán una gran cantidad de explicaciones, relacionadas o no con agosto. A veces buscas una palabra o hecho, y puede salir cualquier explicación o enlace que no tiene relación, y vaya ud. a saber porque.
Entre otras  cosas, se dice en la red que agosto se llama así  en honor a Augusto Octavio, emperador que derroto a la pareja de enamorados, Cleopatra y Marco Antonio. La flor es la amapola.

Si miramos los acontecimientos que han sucedido en el mes de agosto, vemos que: Colon salió en agosto para las indias y se tropezó con América  en octubre.  En agosto EEUU lanza las bombas atómicas en Hiroshima y Nagasaki. Nace Michael Jackson. Irrumpe el huracán Katrina y muere Diana de Gales. En mi caso, dos de mis hermanos vienen al mundo este mes.
Personalmente, el mes de agosto me trae recuerdos a días de playa, calor y almendras. Los almendros de la partida de Canor, forman parte de mi niñez- juventud, ya que fue el mes dedicado a su recogida.
La tarea veraniega,  sobre todo en el mes de agosto y concretando más, la segunda quincena, era la recogida de las almendras. Los primeros recuerdos, madrugones y desplazamientos a la grupa de la burra del “ tio Miquel del Pou de la Perera”. Mas tarde, los desplazamientos eran en carro, el del “tio Joan de Pollatre” y su caballo “Romero”. Los almendros por aquellas fechas mantenían el verde en sus hojas, cosa que hoy es increíble, ya que hace ya varias semanas que las hojas están secas. 
Hoy el mes de agosto ya no es el mes de las almendras para nadie. La recogida de las almendras, de los pocos almendros que aún se cultivan, la realiza una máquina, la cual,  en segundos las cosecha-recoge, para lo que antes había que dedicar horas de sol, reniegos y picores del piojo del almendro. Las telas que había que colocar era tarea de dos, con los consiguientes piques y finales desastrosos.
Pero el desastre se producía cuando el comprador, después de pruebas extrañas, mientras quitaba las mondas a las almendras, decía un precio, el cual era del todo irrisorio y provocaba en los productores la exposición de calificativos en los que se decía de todo menos bonito. Llego a tanto el escarnio, que las plantaciones de almendros han ido desapareciendo o están en un estado de abandono total, ya que los productores, los labradores se habían convertido en jardineros, que para mantener la producción de almendra les costaba dinero del bolsillo, además de esfuerzo físico.
España, segundo productor mundial, importaba del primer productor EEUU, y a un precio menor, hundiendo más al sector. Paradójico, el especulador se mofa del productor y compra a su competidor, para forzar la rebelión o el hundimiento del sector agrícola.  ¿Conscientemente?. Y el turrón más caro.
No sé si hoy tributo un saludo al mes de agosto, a la almendra, o a los sufridos recogedores y descorfadores, pero recuerdo que la destrucción del sector, no fue causada por otra, que la plaga de especuladores que vivían a costa del campesino. Luego estos, aprendieron y mutaron hacia otras variantes, atacaron  el corazón del sistema.
Agricultores?. Donde?.  Tierra hay, pero aliciente ninguno.
Y como siempre, en medio, los especuladores, institución protegida.
Que paséis un buen mes de la almendra.

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