«Gracias a la libertad de expresión hoy es posible decir que un gobernante es un inútil, sin que nos pase nada. Al gobernante tampoco».

Jaume Perich (1941-1995). Escritor y humorista

lunes, 20 de junio de 2011

Salud Mental


Hace unos días un compañero de trabajo manifestaba a otros compañeros sus dudas sobre mi salud mental, a parte de alguna otra consideración, que no voy a comentar.

Recapacitando sobre la situación, me observo a mi mismo, me analizo, recuerdo los consejos y recomendaciones de mi psicóloga, recuerdo lo leído, lo interiorizado, me tomo una tila, respiro hondo, y empiezo este comentario.

Hay que reconocer, que mi salud mental no anda muy bien, efectivamente, soy un demente. 

aún en una fase muy temprana, pero “Camino Soria” vamos, 

El otrora compañero en barullos sindicales, ex de un cargo político que deja escasa herencia y en declive, considera que si el prójimo no le saluda, es que le quiere mal, o esta influenciado-picado por el mosquito. Mosquito responsable de todos sus  males.

La amistad se rompe por muchos motivos, y uno muy común es por no plantear las dudas, las sospechas, en fin, aclarar malos entendidos. Pero es la persona, la que tiene las dudas, aunque para el sean certezas, quien debe confirmar sus presunciones, ya que de lo contrario, no tenemos más remedio que reconocer que es un sabio adivino. Y nada más lejos de la realidad. 

Cuando uno se ofende por nimiedades, que hoy te sonrío, mañana te ignoro. Que esta convencido que es el otro quien tiene que darle explicaciones, etc.
El personaje es demasiado rebuscado como para intentar razonar con él.

Por todo lo anterior, no voy a pedirle explicaciones, ya que su afirmación es tan cierta, que solo podría felicitar su gran erudición, merecedora de un puesto de más lucimiento y menos trabajo. 

Mi demencia me ha hecho descubrir facetas personales propias de las que era desconocedor hasta hoy, y una es la de comprender las actitudes de ciertas personas, que descontentas consigo mismo,  proyectan su insatisfacción, culpando a los demás. Además envidian la situación del cualquier prójimo, al que consideran con mejor suerte que la que les ha tocado a ellos.

La envidia, el más mezquino de los vicios, se arrastra por el suelo como una serpiente”.
Ovidio (43 AC-17) Poeta llati.

Por eso, un consejo, huid de la envidia, cada uno tiene lo que tiene y no vale la pena desear la suerte del prójimo, ya que su suerte es tan voluble como  la de cada uno de nosotros.

4 comentarios:

de dijo...

Víctor, ante todo te agradezco la felicitación por la boda de mi hija. Fue un día muy especial para mi. Gracias.
Por otro lado agradecerte tu comentario. Tener un comentarios, aunque sea critico, demuestra que hay personas interesadas en lo que escribes y estén o no de acuerdo, te siguen.
Víctor, yo estoy en la Maratón, y por supuesto quiero llegar al Km que sea con aire de sobra.
Sobre mí articulo, estoy totalmente de acuerdo en las dos reflexiones que haces. No he redactado el capitulo de mi blog “Diario de una amistad no deseada”, el que va desde el diagnostico al la aceptación del hecho del Parkinson en mi vida. El día que lo redacte, quedara claro que estoy decidido a luchar para que ningún síntoma típico de la enfermedad disminuya la percepción de las ideas y potencialidades.
Pero, dicho lo anterior, no voy a consentir, si lo oigo, veo, o llega a mi conocimiento algún comentario, i más si es de una persona que no tiene ni repajolera idea, de lo que esta diciendo. Porque estoy vivo. Porque siento como todo el mundo. Porque yo he sido siempre así, nadie se ha quedado sin saber mi opinión de su opinión. Y lo más importante es que esta enfermedad no ha cambiado mi actitud luchadora.
Un abrazo Victor.

de dijo...

Comentario de Victor Soriano en "Que fas, Vicent?":Yo he tenido situaciones recientes en las que,como se suele decir, he callado hasta que me han metido los dedos en la boca y he reventado provocando una situación posterior mucho más amarga y sobretodo más perjudicial para una de mis objetivos más buscados y trabajados día a día, como es el de estar en concordia con todas las personas de mi entorno y con mayot razón con mi familia y amigos.
Yo sé que llegados a este punto, cuando nos enfrentamos a una situación de este tipo se que es un callejón sin salida, tanto si la consientes, malo, como si la rebates, malo también, porque quién te busca en estas situaciones, busca también esta reacción, por razones incomprensibles, consiguiendo sacrte de tus casillas y al mismo tiempo ponerte a su altura.
Escribo todo esto porque yo no he conseguido romper ni resolver esta trampa que a menudo nos tienden las personas incluso más cercanas, es como si se acabara el tiempo y no soportan que uno lo esté jugando con deportividad hasta el final.
Solo en este sentido es mi comentario un poco reivindicando la estrategia de los mansos para considerar como más inteligente y fructífero para tus propios intereses de paz interior que el entrar a comentarios mal intencionados que persiquen objetivos espúreos.
Mi experiencia es que cuando me he vaciado ante una situación de ofensa, he sentido posteriormente una amargura y un vértigo hacia la nada que no me han compensado el desahogo.
Vicente, te escribo toda esta perorata porque son experiencias propias que me han hecho reflexionar sobre los que es uno y lo que somos para los demás y porque me ineteresa mucho aclarar que no se trata tanto de un hecho concreto que te haya pasado y que has solucionado como te ha parecido correcto, como de compartir contigo y con quien pueda leerlo reflexiones sobre el comportamiento no solo del ser humano genérico, sino incluso de los seres más cercanos a nosotros.
Por eso he traido ejemplos de comportamiento que tienen más que ver con lo que yo quería contar, que con el hecho concreto que contabas que es lo que ha motivado mi colaboración.
Me ha agradado mucho ver mi comentario en valenciano y espero que nos veamos pronto.
Un abrazo

de dijo...

Gracias Victor, a mi al final el asunto también me deja un regusto amargo. Voy a potenciar una de las virtudes de las que carezco, la Templanza.

de dijo...

Este es el primer comentario de la serie que por varias circunstancias acaba en el puesto cuatro:
He traduit el comentario de Victor, el original esta en la pagina Que haces Vicent?::
Vicente, soy Victor y hoy me voy a estrenar comentando este relato que acabas de hacer sobre el comentario furtivo y negativo que has sentido, de parte de un compañero. Mi actitud delante de hechos como este tiene dos caras. La primera de ellas se basa en que la vida ya de por sí te reserva momentos ruines como para dejarte influir por problemas o visiones de problemas, que no lo son y que otros pretenden proyectar sobre ti. Es muy costoso mantenerse en esta vida con serenidad, prudencia, respeto, honestidad como para que agentes externos quieran trasladarnos sus frustraciones adjudicándonos etiquetas , sin tener la oportunidad de desmentirlas o rebatirlas. Tampoco podemos comprender el control de cuanto nos rodea. Tampoco debemos estar haciendo demostraciones a cada momento.
La otra cara con que abordo hechos como este me hace reflexionar sobre el ser humano, sobre como nos parece de diferente un comportamiento incorrecto, criticable, deshonesto, desleal en los otros y nuestro comportamiento que, si apreciáramos que responde a cualquiera de estos adjetivos, no lo llevaríamos a cabo. Me pregunto entonces Qué lleva a una persona, ser humano, como yo, a realizar un comportamiento que yo no haría? Hago o tengo yo comportamientos que no llego a apreciar que son incorrectos? Si es así estoy comportándome como el otro? por tanto deduzco que en este caso “no me doy cuenta” que estoy actuando mal, que es la que le pasa precisamente a la persona que estoy criticando. ¿Como pueden existir personas que son crueles sin percatarse? Y por supuesto la historia tiene muchas muestras de este tipo, pero somos del mismo género?.
Perdona a que haya aprovechado esta ocasión para soltar este discurso, pero lo llevaba dentro mucho tiempo y me ha parecido adecuado a los hechos que has narrado, para justificar mi actitud que se resume que nada ni nadie debe influir de manera negativa en mi propia apreciación de los hechos que estoy viviendo, de mi realidad, hasta llegar a distorsionarlos e incluso a amargarme la existencia haciéndome asumir situaciones y estados que no son como pretenden presentarlos.
Yo, Vicente, sigo en el maratón, y aunque he apreciado últimamente algunos comportamientos semejantes a que has descrito con respecto a mis capacidades, no merecen mi atención y aunque no los justifico, los considero simplemente lógicos y en todo caso representativos de la persona que los produce y no me van a distraer porque la carrera es larga y allá por el km 35 necesitamos todas fuerzas que hayamos ahorrado durante la carrera.
Por cierto mis felicitaciones por la boda de tu hija. Eso es algo maravilloso.
Hasta pronto. Victor Ruiz Molina (21-06-2011)