
La otra intranquilidad tiene
varios nombres, y son, Benedicto XVI, el
Rey Juan Carlos, Corinna zu
Sayn-Wittgenstein, Iñaki Urdangarin y Luis Bárcenas.
En medio de estas
intranquilidades, llevo unos días pensando en Nicolás Copérnico (1473-1543). Copérnico
era un polímita: matemático, astrónomo, jurista,
físico, clérigo católico, gobernador, administrador, líder militar, diplomático
y economista polaco del Renacimiento, que formuló la teoría heliocéntrica del Sistema
Solar. Su libro, De revolutionibus
orbium coelestium (Sobre las revoluciones de las esferas celestes),
es una pieza clave en lo que se llamó la Revolución Científica en la época del Renacimiento.

A partir de Copérnico la idea es
que el hombre está gobernado por su Razón, que será la facultad del ser humano
que hace que tome parte en el ordenamiento del Universo. Así el hombre pasa a
ser un ser autónomo que basa dicha autonomía en su capacidad de raciocinio. La
razón humana puede ahora apoderarse de la Naturaleza: dominarla y controlarla.
Así el hombre deja de ser el centro físico del Universo para convertirse en el centro
racional del Universo.

La
lectura de los trabajos de Copérnico y su revolucionaria obra, parece que no ha
llegado al general de los hombres, pero más aún, no va con aquellos que por
diversos motivos ocupan lugares destacados en la sociedad actual.
He destacado
cinco nombres, aunque son muchos más. Me atrevo a decir, que todo aquel a quien
se le ha investido de autoridad o representación, por lo general, se cree con
la suficiente capacidad intelectual y moral sobre aquellos a quienes deben su
puesto.

La
renuncia del Papa, no explicada, pero con un trasfondo de corrupción dentro de
una de las instituciones que más ejemplo debía de ofrecer.
La
peligrosa cercanía de Iñaki Urdangarin con sus turbios negocios, con el Jefe
del Estado, y que ha dado pábulo a que se produzca la apertura del melón, a
cuenta de su relación con la princesa Corina, y en el que los programas del chismorreo
tienen carnaza, y que han demostrado pocos escrúpulos en otros tiempos.

Ellos,
dinero, lujo, y “más me merezco yo”.
¿Donde estan los jueces valientes? . ¿En el centro del Universo?.
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