«Gracias a la libertad de expresión hoy es posible decir que un gobernante es un inútil, sin que nos pase nada. Al gobernante tampoco».

Jaume Perich (1941-1995). Escritor y humorista

martes, 4 de agosto de 2015

Pues, sí home, sí.

Hoy empezando agosto, derretido por tantos días seguidos de calor, de sudor, de deslumbramiento ocular, insomne, me repito varias veces: "Pues, sí home, sí".

El tío Pepe "Rafel", repetía la frase, al final de la velada de la "descorfá", una infinidad de veces. Nosotros "por lo bajini" repetíamos el "pues, sí home, sí". Eramos unos críos burlones. A dichas burlas el tío Pepe no prestaba atención, y pienso yo, creería,  serían tonterías de críos.

El tío Pepe, vivía solo, era soltero. Muy mayor, lo veia yo. La casita donde vivía no era de su propiedad. Vivía allí ya, cuando mis padres construyeron la casita de Canoret, a finales de los sesenta. El campo era su medio de vida. Trabajaba de jornalero para quien lo quisiera contratar.

Sus visitas en los atardeceres de agosto, entonces aún sin horarios de verano, eran esperadas y a la vez, temidas. 

La recogida de la almendra empezaba con las vacaciones de mi padre. El Taller de Ivars cerraba en agosto. Durante el mes de julio viajaba cada dia  de Benissa a Canoret con la Mobilette, en agosto la maquina descansaba, y todos no sentíamos mejor al tenerlo todo el día con nosotros. Las tardanzas en el mes de julio nos preocupaban, y eso que el tráfico ni remotamente era como ahora.

Las almendras recogidas por la mañana, pasaban, una a una, por la tarde-noche, por las manos de todos a una.

- Me voy por las ramas. 

Siguiendo con la esperada y temida visita del tío Pepe "Rafel", tendré que explicar el motivo de tal contradicción. 

Allá voy!!!.

Era esperada por todos, pues además de ayudar, amenizaba con su conversación, terminando su discurso, o como contestación a sus interlocutores, con el "pues sí home, sí".  Para los  jóvenes sentados alrededor del cañizo,  repleto de almendras en su vaina, esperando ser extraídas por los descorfadores, era un divertimento.                                     Su conversación era amena y los temas eran variados. Se notaba que leía o escuchaba la radio. Ha pasado el tiempo y no recuerdo bien, pero creo que su amor a Franco no era excesivo. Y en aquellos tiempos expresarlo era un poco atrevido.

Habia yo comprado, sin el consentimiento de mis padres, una cassete portatil a Rafael el de "les televisions". Una de las noches de visita del tio Pepe, se me ocurrio poner aquel aparato en modo grabación. Al reproducir lo que havbia grabado, se oia la voz clara del tio Pepe dando su version del las bombas de Palomares y del ridiculo Manuel Fraga con aquellos calzonazos..

Al oír aquello, espantado, dijo:

-: ¿Eso lo he dicho yo?..Rómpelo, rómpelo.

Y era temida su visita  porque no tenía hora fijada para finalizar. No entendía las indirectas y la escoba puesta al revés no producía efecto alguno.

"Pues sí home, sí", era, al día siguiente la frase estrella, con ella se contestaba a todo. 

¿Donde estará el tío Pepe "Rafel" y a quien le repetirá la frase?.

Allá donde esté, hoy le recuerdo aquí.

¡Gracias por tu compañia!

"Pues sí home, sí".

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