«Gracias a la libertad de expresión hoy es posible decir que un gobernante es un inútil, sin que nos pase nada. Al gobernante tampoco».

Jaume Perich (1941-1995). Escritor y humorista

viernes, 22 de enero de 2016

58 años

El día 23 de enero de 1958, nació quien esto escribe. Por lo que hoy es mi cumpleaños.


Son 58 años, los cuales la sociedad en la que vivimos la encuadra dentro de la edad mediana. Y como hoy en día todo se justifica con estudios realizados, en uno de ellos, se concluye que, hasta los 70 años las personas no consideran haber llegado a la ancianidad.


Yo, que hago medianamente caso a cualquier estudio, considero que cada persona, según la actitud que adopte, será un bebe, un niño, un adolescente, un joven, una persona madura o un anciano. No es la edad física de los años vividos, si no la actitud del momento en el que vive.


El dia que cumplo años no espero felicitaciones ni regalos. Ese dia lo dedico, desde hace años, a dar un repaso a lo vivido.

En lo primero que reparo es, en lo benévola que ha sido la vida conmigo. Nací en una zona del mundo, donde no he sufrido la pobreza y la necesidad. En el seno de una familia que me ofreció todo: amor, refugio, sacrificios, ejemplo y valores, 

Y me enseñó a ser agradecido.

Sin méritos, ni grandes esfuerzos, me encontré, durante 36 años, un trabajo que me apasionó. Gracias,

Forme una familia y tuve dos hijos. Di todo, sin esperar ninguna devuelta. Gracias. 

Nunca estuve enfermo, ni mi cuerpo sufrió trauma alguno. Gracias.

Nunca, ni en sueños, nadie sabe los derroteros que vida le deparara.

A mí, la vida, me  ha ofrecido otra nueva. Gracias.

A diferencia de otros muchos, a los que la  enfermedad les ha apartado de este mundo, la enfermedad de Parkinson, es una enfermedad crónica, que invalida progresivamente pero que permite vivir. Contra la que hay que luchar con voluntad y medicación. Contra la que hay que luchar asumiendo y compartiendo.

Por eso, y sin esperar devueltas de nadie, aprovecharé las experiencias pasadas (eso de la experiencia, sí necesita de ser añoso), para vivir la nueva vida que se me ha ofrecido.
Y solo, y entre paréntesis, doy las gracias a todos aquellos que con su ayuda están haciendo posible ese cambio. Ahí sí que tengo que devolver y no solo agradecimientos.

Por todo ello, a mis 58 adolescentes años, la ganas de vivir y los proyectos no los tumba ningún Parkinson. Y por eso y contra eso lucho cada día.

Y no estoy solo.  

Y por muchos años que lo veáis.

 

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