-
- - Le
voy a remitir a la clínica Belalcazar para que le hagan unas pruebas.- y ante mi evidente inquietud, contundente,
remacha.- No nos adelantemos.
La incertidumbre y
desasosiego que esas pocas palabras nos causan, no son por otro motivo que la
experiencia de haber conocido a seres cercanos, que un día escucharon esas dos
frases, y que en nuestro caso, dúrante
diez días nos mantendrán en vilo.
Con la petición de la prueba, firmada por el especialista, recorremos todos
los vericuetos necesarios para conseguir una buena y cercana fecha. Llegamos,
por fin, donde nos autorizaran la prueba. Ese trámite, hoy ha costado 30
minutos. En información la auxiliar mira y remira, teclea en el
ordenador, pide la Cedula, mira a mi
acompañante y me mira a mí, y me entrega un número:
- - Don
Vicente, pase adelante y esté atento a la pantalla.
En la espera, la
atención consume tanta energía, toda se necesita para mantenerse en vilo. La
pantalla arroja números sin parar, y de una forma des-ordenada. Cado número que
sale parece que es el nuestro, y miramos, lo miramos, cada vez …
A238, puesto 5.
F110, puesto 2.
C003, puesto 1.
Ese rato que nos
hacen mirar o mantenernos fijos de la pantalla, es una especie de tortura.
H210, puesto 7. Por
fin en la pantalla aparece mi número, he mirado tantas veces que ya no distingo, la pantalla es un
potaje de garbanzos. Tan atento estaba,
que casi ni me entero que era el mío.
En el puesto 7, después
de otro mira y remira, de un, regáleme su Cedula, nos entrega la validación y ...
- - Llame
a estos teléfonos para pedir la cita.- yo le contesto que ya sabemos de esa vaina.
- - ¿Es
en la Clínica Sebastián de Belalcázar?.-
preguntamos.- Sì.
De teléfonos
nada, vamos al sitio y evitamos el, si es … pulse 1, si es … pulse 2, si es …
pulse 3, si quiere hablar con un operador pulse 9. Y mientras el operador llega, te tragas toda la novena de Beethoven.
En la Clínica
Belalcazar, la auxiliar de forma tajante
decreta que la cita será en 30 días. El resultado lo podre recoger en diez días
hábiles después de la prueba, ni uno más ni uno menos.
Doy media vuelta,
no quiero escuchar la preparación que unos días antes tengo que hacer. 40 días
para disipar la zozobra. Eso es lo que preocupa, y me va a tener atado, o desatado
en mi cabeza, dando vueltas al que será.
Y eso, el que
será, será, o no será, pero nuestra cabeza, adelantándose, ayudada de nuestro
pensamiento negativo, ocuparan durante 40 días todo alrededor.
Uf!!!!. Vaya ud a
saber. Hay quien no experimenta
esto. O sí.
Termino. Estoy
mareándome de tanto que será, será ….
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