«Gracias a la libertad de expresión hoy es posible decir que un gobernante es un inútil, sin que nos pase nada. Al gobernante tampoco».

Jaume Perich (1941-1995). Escritor y humorista

miércoles, 23 de enero de 2013

MURMURAR

No hace mucho, para mí no tanto, las iglesias se llenaba de feligreses, sobre todo los sábados por la tarde y los domingos.

No hace mucho, para mí no tanto, en la iglesia, las mujeres y los hombres se sentaban separados. La nave, como ahora, tenía dos filas de bancos,  y un pasillo central.

No hace mucho, para mí no tanto, antes de entrar a la iglesia las mujeres se tapaban con un velo negro la cabeza.

No hace mucho, existía temor al incumplimiento  de alguno/s de los 10 mandamientos, ya que constituía un pecado mortal.

Tradicionalmente, se ha dado más importancia a unos pocos mandamientos, como si los hubiera más graves y menos graves.

Los mayores recordamos que el octavo mandamiento de la Ley de Dios prohibía: atestiguar lo falso en juicio, calumniar al prójimo, decir cualquier clase de mentira, murmurar, juzgar mal del prójimo, descubrir sin motivo sus defectos, y toda ofensa contra el honor y la buena fama de los demás.

Eso para los creyentes.

Para los no creyentes, hasta no hace mucho, la vida privada de las personas, era eso, privada.

Y sea porque algunas personas nacen con el “don de xusmeria” o que desde un tiempo a esta parte, nos hemos contaminado por las televisiones, podríamos decir, LA TELEVISION, que ha sustituido la asistencia a misa y trivializado muchas cosas, tiene un contenido de programación con un alto grado de exhibición de la vida privada e íntima de personajes “famosos”, que lo son, por eso, por exhibicionistas y hasta por anónimos ciudadanos que se prestan a contar sus intimidades.

No, no se confunda, no se trata del honor público.

El honor público, ese hay que ganárselo y mantenerlo. Y es con respeto, criticable, ya que ese honor se ha puesto como aval en la toma de posesión.

En todo caso, el honor público se ha perdido. El único responsable es el servidor público. Ese que de servidor público ha pasado a ser servido, más bien, se ha servido.

No señores, esta entrada va dirigida  a la privacidad y el honor de las personas. Me refiero al honor privado.

Me refiero al murmurador/a que se dedica a criticar, cotillear, calumniar, desacreditar, difamar, censurar, zaherir, comadrear, desollar, despellejar, emponzoñar.

A ese o esa, “cabaset femeter” que con el  “sabes que …?”, después de repartir estiércol sobre el honor de quien no está presente, al volver a casa no puede abrir la puerta por el estiércol acumulado tras ella.

A esos, que pueden ser desde un analfabeto/a a un abogado/a, a los del estiércol tras la puerta de su propia casa, les aconsejo unas friegas de amónico en la lengua y buen baño en salfuman  y  Chanel nº 5.

Quedaran como nuevos/as.

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A modo de información:

La televisión es de cuatro. Sí, cuatro cabezas visibles y unas cuantas invisibles. Por lo que del monopolio TVE, hemos pasado al cuadripolio.

A parte de la TVE, tradicionalmente pro-gubernamental.

La televisión es de:

Mediaset (Telecinco, Cuatro, La Siete, FDF, Divinity, Energy, Boing y La Tienda en Casa).

Planeta y la italiana De Agostini, cuyo presidente es José Manuel Lara Bosch (Antena 3, Nova, Nitro, Neox, La Sexta, La Sexta 2, La Sexta 3 y el canal de pago Gol TV).

Liberty Acquisition Holding, controlado por Nicolas Berggruen y Martin E. Franklin. (Prisa TV ,antigua Sogecable, que engloba a Canal + y a otros canales temáticos que emiten en cable o ADSl.

Veo Televisión, que abarca a Marca TV, Discovery Max, 13 TV y el canal de pago AXN. La empresa es propiedad de Unidad Editorial (Unedisa), editora de El Mundo, Marca y Expansión, entre otros, y que está controlada en un 96,3% por la italiana RCS MediaGroup.

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