Que pasa?. Que se pretende?.
La educación se ha convertido en un juego al que los partidos, en cada cambio de color en el gobierno, se dedican a cambiar las reglas del juego.
Ninguna de las leyes sobre educación promulgadas han resistido el cambio bipartidista de gobiernos desde la transición.
Los motivos por los cuales cada uno de los dos partidos que se han sucedido durante estos 30 últimos años ha impulsado los cambios, están claros.
En los últimos años, con los gobiernos socialistas, los servicios públicos, las leyes relacionadas con el desaparecido "estado del bienestar" habían menguado mucho el campo lógico de las aseguradoras, corporaciones médicas, grupos religiosos, grupos empresariales relacionados con la salud, educación, servicios públicos, etc. La “nacionalización” de los servicios básicos a base de leyes sociales, habían usurpado a los comerciantes ideologico-economicos su campo de negocio. Campos por otro lado en auge, debido a la curva de natalidad, sobre todo en el de la tercera edad y la sanidad.
Sin embargo, en los últimos años se ha introducido la cuestión nacionalista, no solamente la catalana y vasca, si no el nacionalismo españolista. En todos los casos, las polémicas se producen en épocas de crisis y son, en general, forzadas para apartar la vista del pueblo administrado. El pueblo es, o se ha convertido, en un ganado administrado, con la ayuda de perros adiestrados, voceros, reclamos, vallas y cortapises.
La educación es un campo de batalla apetitoso para las corporaciones educativas. En la mayoría de los casos con clara tendencia ideológica o religiosa.
Ahora, como cortina de humo, aprovechando el río revuelto, el gobierno de Rajoy, pretende la implantación de la LOMCE. Esta Ley ha generado protestas de la comunidad educativa, padres y alumnos, hasta llegar a la convocatoria de una huelga, prevista para los días 6 y 7 de febrero. La huelga de carácter estatal está convocada por el Sindicato de Estudiantes. El objetivo de la huelga es, pedir la dimisión del ministro Wert, y solicitar la retirada de la Ley.
Estos días, que después de pedir que nos estrechamos el cinturón, sabemos que durante bastante tiempo, los mismos que nos lo estrechan tenían unas pequeñas ayudas, ayudas que hacían soportable su sacrificada vida de padres protectores. Ayudas que en algunos casos provenían, vía tesorero del PP, de la trama Gurtel.
El Presidente del Gobierno, por todo el que estamos viendo, tendría que dimitir. La convocatoria de Elecciones Generales, produciría la paralización de la tramitación de la LOMCE, esperando que un Congreso renovado, y esperemos que limpio de olores pudibundos, se consensúe con los que van a ser sus ejecutores y sufridores.
No podemos permitir que los intereses económicos vayan al asalto de los intereses públicos.
Y en la Cultura y en la Educación, no podemos permitir que se hipoteque el futuro con propuestas claramente desviadas hacia una ideología, o interés económico, en detrimento de la enseñanza pública de calidad, universal, gratis y laico.
Todos estamos pues, involucrados en este asunto, en el cual nuestro futuro se encuentra mediatizado por muchas presiones directas e indirecta.
Los días 6 y 7 de febrero, junto a los alumnos, pediremos la retirada y el consensuado en el articulado de la LOMCE.
Pediremos, también, que el Ministro Wert deje, con su dimisión, a una persona dialogante y ávida de llegar acuerdos y no a confrontar con periódicas manifestaciones polémicas y retrogradas.
La educación se ha convertido en un juego al que los partidos, en cada cambio de color en el gobierno, se dedican a cambiar las reglas del juego.
Ninguna de las leyes sobre educación promulgadas han resistido el cambio bipartidista de gobiernos desde la transición.
Los motivos por los cuales cada uno de los dos partidos que se han sucedido durante estos 30 últimos años ha impulsado los cambios, están claros.
En los últimos años, con los gobiernos socialistas, los servicios públicos, las leyes relacionadas con el desaparecido "estado del bienestar" habían menguado mucho el campo lógico de las aseguradoras, corporaciones médicas, grupos religiosos, grupos empresariales relacionados con la salud, educación, servicios públicos, etc. La “nacionalización” de los servicios básicos a base de leyes sociales, habían usurpado a los comerciantes ideologico-economicos su campo de negocio. Campos por otro lado en auge, debido a la curva de natalidad, sobre todo en el de la tercera edad y la sanidad.
Sin embargo, en los últimos años se ha introducido la cuestión nacionalista, no solamente la catalana y vasca, si no el nacionalismo españolista. En todos los casos, las polémicas se producen en épocas de crisis y son, en general, forzadas para apartar la vista del pueblo administrado. El pueblo es, o se ha convertido, en un ganado administrado, con la ayuda de perros adiestrados, voceros, reclamos, vallas y cortapises.
La educación es un campo de batalla apetitoso para las corporaciones educativas. En la mayoría de los casos con clara tendencia ideológica o religiosa.
Ahora, como cortina de humo, aprovechando el río revuelto, el gobierno de Rajoy, pretende la implantación de la LOMCE. Esta Ley ha generado protestas de la comunidad educativa, padres y alumnos, hasta llegar a la convocatoria de una huelga, prevista para los días 6 y 7 de febrero. La huelga de carácter estatal está convocada por el Sindicato de Estudiantes. El objetivo de la huelga es, pedir la dimisión del ministro Wert, y solicitar la retirada de la Ley.
Estos días, que después de pedir que nos estrechamos el cinturón, sabemos que durante bastante tiempo, los mismos que nos lo estrechan tenían unas pequeñas ayudas, ayudas que hacían soportable su sacrificada vida de padres protectores. Ayudas que en algunos casos provenían, vía tesorero del PP, de la trama Gurtel.
El Presidente del Gobierno, por todo el que estamos viendo, tendría que dimitir. La convocatoria de Elecciones Generales, produciría la paralización de la tramitación de la LOMCE, esperando que un Congreso renovado, y esperemos que limpio de olores pudibundos, se consensúe con los que van a ser sus ejecutores y sufridores.
No podemos permitir que los intereses económicos vayan al asalto de los intereses públicos.
Y en la Cultura y en la Educación, no podemos permitir que se hipoteque el futuro con propuestas claramente desviadas hacia una ideología, o interés económico, en detrimento de la enseñanza pública de calidad, universal, gratis y laico.
Todos estamos pues, involucrados en este asunto, en el cual nuestro futuro se encuentra mediatizado por muchas presiones directas e indirecta.
Los días 6 y 7 de febrero, junto a los alumnos, pediremos la retirada y el consensuado en el articulado de la LOMCE.
Pediremos, también, que el Ministro Wert deje, con su dimisión, a una persona dialogante y ávida de llegar acuerdos y no a confrontar con periódicas manifestaciones polémicas y retrogradas.
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